La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Juan 2:3 - Biblia Lenguaje Básico

Nosotros sabemos que conocemos a Dios porque obedecemos sus mandamientos.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Vean cómo sabremos que lo conocemos: si cumplimos sus mandatos.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y en esto sabemos que lo hemos conocido: si guardamos sus mandamientos.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y en esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Juan 2:3
26 Referencias Cruzadas  

Cumplo con diligencia tus mandatos y tú alegras mi corazón.


Si las cumplo fielmente, no tendré de qué avergonzarme.


Después de tanto sufrimiento, mi Siervo verá la luz y su conocimiento hará justos a muchos al cargar con sus pecados. Por eso le daré un puesto entre los grandes, un lugar entre los poderosos, ya que no dudó en afrontar la muerte, aceptando ser considerado criminal, para así cargar con las culpas de muchos y poder interceder por los culpables.


Jesús continuó diciendo: —Vosotros decís que yo soy vuestro dueño y Señor, pero no hacéis lo que os digo.


Vosotros demostraréis que me amáis si hacéis lo que os mando.


Pero solo si cumplís mis mandamientos, permaneceréis unidos a mí en el amor; así también yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco unido a él en el amor.


Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando.


Y esta vida eterna consiste en que te conozcan a ti que eres el único Dios verdadero, y a mí, que soy el Mesías que tú enviaste al mundo.


Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento para que conociéramos la grandeza de Dios reflejada en el rostro de Cristo.


Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que le obedecen.


Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que existe desde el principio. A vosotros, los jóvenes, os escribo también porque habéis sido valientes, habéis derrotado al diablo y permanecéis fieles al mensaje de Dios. Os he escrito a todos vosotros porque habéis conocido al Padre.


El amor que nos tenemos demuestra que hemos pasado de la muerte a la vida. Pero si no os amáis unos a otros, es porque todavía estáis bajo el poder de la muerte.


Solo así sabremos que poseemos la verdad y tendremos la conciencia tranquila ante Dios.


Por eso, cualquiera que quiera mantenerse unido a Jesucristo, no puede seguir pecando. El que peca, es porque ni lo ha visto ni lo ha conocido.


Sabemos que estamos íntimamente unidos a Dios porque él nos ha dado su Espíritu.


Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.


Sabemos que somos de Dios y que el resto de la gente en el mundo está dominada por el diablo.


Y sabemos que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, cuando también amamos a los hijos de Dios.


Porque amar a Dios consiste en cumplir sus mandamientos que no son difíciles de poner en práctica.


Entonces el dragón se enfureció a causa de la mujer y fue a luchar contra el resto de los descendientes de la mujer, es decir, contra los que cumplen los mandamientos de Dios y dan testimonio de Jesús.


El pueblo de Dios debe aprender a soportar con fortaleza las dificultades y los sufrimientos. También debe cumplir los mandatos de Dios y mantener la fe en Jesús.


Felices los que dejen de hacer lo malo, pues tendrán derecho a comer de los frutos del árbol que da vida eterna y podrán entrar por las puertas de la ciudad.