Entonces ella dijo a Elías: '¿Qué hay entre tú y yo, hombre de Di-s? ¿Es que has venido a mí para recordar mis faltas y hacer morir a mi hijo?'
Juan 8:9 - Biblia Universidad de Jerusalem Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Yeshúa con la mujer, que seguía en medio. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Biblia Nueva Traducción Viviente Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron solo Jesús y la mujer en medio de la multitud. Biblia Católica (Latinoamericana) Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con la mujer, que seguía de pie ante él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ellos, al oírlo, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta quedar solos Jesús y la mujer, que estaba allí delante. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oyéndolo ellos, redargüidos por su conciencia, salieron uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. |
Entonces ella dijo a Elías: '¿Qué hay entre tú y yo, hombre de Di-s? ¿Es que has venido a mí para recordar mis faltas y hacer morir a mi hijo?'
Dijo el rey a Semeí: 'Tú sabes todo el mal que hiciste a David mi padre; Adonai hace caer todo tu mal sobre tu cabeza,
(15) ¡Queden avergonzados y confusos todos juntos los que buscan mi vida para cercenarla! ¡Atrás, sean confundidos los que desean mi mal!
Esto haces tú, ¿y he de callarme? ¿Es que piensas que yo soy como tú?Yo te acuso y lo expongo ante tus ojos.
¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que acusan a mi alma; cúbranse de ignominia y de vergüenza los que buscan mi mal!
Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.
Incorporándose Yeshúa le dijo: 'Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?'
Yeshúa les habló otra vez diciendo: 'Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.'
Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio
como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza...
Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus templos!
en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Di-s es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.