'En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.
Juan 3:12 - Biblia Universidad de Jerusalem Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales? Biblia Católica (Latinoamericana) Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo? La Biblia Textual 3a Edicion Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si no creéis cuando os hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo vais a creer cuando os hablo de las cosas del cielo? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? |
'En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.
Yeshúa le respondió: 'En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Di-s.'
Respondió Yeshúa: 'En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Di-s.
El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va.Así es todo el que nace del Espíritu.'
Y sin duda alguna, grande es el Misterio de la piedad: El ha sido manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los Ángeles, proclamado a los gentiles, creído en el mundo, levantado a la gloria.
Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hecho tardos de entendimiento.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Di-s, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.