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Proverbios 13:4 - Biblia Martin Nieto

Desea el perezoso, pero en vano; el deseo de los diligentes será saciado.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco, pero los que trabajan con esmero prosperarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si uno se queda en el deseo, no pasa nada: son los activos los que engordan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El alma del perezoso desea, y nada alcanza, Pero el alma del diligente será gratificada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El perezoso ambiciona, pero su deseo es vano; el deseo de los diligentes se ve cumplido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será engordada.

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Otras versiones



Proverbios 13:4
26 Referencias Cruzadas  

Aquel mismo día vinieron sus siervos y le comunicaron lo del pozo que habían abierto; le dijeron: 'Hemos encontrado agua';


plantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios.


La mano perezosa empobrece, la mano diligente enriquece.


La persona benéfica prosperará, y el que largamente da largamente recibirá.


El que cultiva su campo se hartará de pan, el que se pierde en quimeras es un insensato.


La mano laboriosa dominará, la perezosa se hará tributaria.


El perezoso no asa su pieza de caza, la mejor riqueza del hombre es la diligencia.


El que vigila su boca conserva su vida, el que abre mucho sus labios se pierde.


El justo odia las palabras mentirosas, el malvado calumnia y deshonra.


En invierno el perezoso no ara; en la siega busca, pero en vano.


Los deseos del perezoso lo matan, porque sus manos rechazan el trabajo.


Los proyectos del diligente llevan a la ganancia, los del precipitado conducen a la miseria.


Pasé junto al campo del holgazán, junto a la viña del hombre insensato;


y he aquí que eran todo ortigas, los cardos habían cubierto el suelo y el muro de piedras se había derrumbado.


El holgazán dice: '¡Hay un león en el camino, un león en medio de la plaza!'.


El hombre envidioso suscita querellas, el que confía en el Señor prosperará.


Anda a ver a la hormiga, ¡perezoso!, mira sus costumbres y hazte sabio.


dichoso el hombre que me escucha velando a mis puertas día tras día, vigilando a la entrada de mi casa.


'Me he quitado ya mi túnica; ¿he de ponérmela otra vez? Me he lavado los pies; ¿los volveré a manchar?'.


El Señor será tu guía siempre, en los desiertos saciará tu hambre, a tus huesos infundirá vigor, y tú serás como un huerto regado, cual manantial de agua, de caudal inagotable.


¿Quién podría contar el polvo de Jacob? ¿Quién sería capaz de enumerar las miríadas de Israel? ¡Tenga yo la muerte de los justos! ¡Sea mi final como el suyo!'.


Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vida eterna; el que os da el hijo del hombre, a quien Dios Padre acreditó con su sello'.


Deseamos solamente que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño por guardar intacta hasta el fin vuestra esperanza,


Al volver, dijeron a Josué: 'No es necesario que suba todo el pueblo; que suban unos dos o tres mil hombres para tomar Ay. No hace falta que vaya todo el pueblo, pues ellos son pocos'.