La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Números 36:7 - Biblia Martin Nieto

La heredad de los israelitas no pasará de tribu en tribu; los israelitas quedarán vinculados cada uno a la heredad de su tribu paterna.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

No se permite que ninguna tierra se transfiera de una tribu a otra, ya que toda la tierra asignada a cada tribu debe permanecer dentro de la tribu a la que inicialmente fue concedida.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Con eso la herencia de los israelitas no pasará de una tribu a otra, sino que cada uno estará vinculado a la herencia de la tribu de sus padres.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

para que no ande rodando la herencia de los hijos de Israel de tribu en tribu, sino que los hijos de Israel conserven cada uno la heredad de la tribu de sus padres.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Así, la herencia de los israelitas no pasará de una tribu a otra, y los israelitas retendrán cada uno la herencia de su tribu paterna.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel se unirá a la heredad de la tribu de sus padres.

Ver Capítulo
Otras versiones



Números 36:7
5 Referencias Cruzadas  

Nabot respondió a Ajab: '¡Dios me libre de darte la herencia de mis padres!'.


La mujer que posea herencia en alguna de las tribus de los israelitas deberá casarse con alguno de su propia tribu, para que los israelitas conserven cada uno la heredad de sus padres.


Las herencias no podrán pasar de una tribu a otra; cada una de las tribus de los israelitas permanecerá vinculada a su heredad'.


Después Josué despidió al pueblo, y cada uno se volvió a su heredad.


Y ahora, que el rey, mi señor, se digne escuchar las palabras de su siervo: Si es el Señor quien te excita contra mí, que sea aplacado con una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean del Señor, pues me echan hoy para que no participe en la herencia del Señor, diciendo: Vete a servir a dioses extraños.