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Números 11:1 - Biblia Martin Nieto

El pueblo se quejó al Señor de sus desgracias. El Señor lo oyó, montó en cólera y mandó contra ellos un fuego, que devoró uno de los flancos del campamento.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Poco después el pueblo comenzó a quejarse de las privaciones que enfrentaba, y el Señor oyó todo lo que decían. Entonces el enojo del Señor se encendió contra ellos y envió un fuego que ardió entre ellos y destruyó a algunos en las afueras del campamento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El pueblo murmuró malvadamente a los oídos de Yavé. Yavé lo oyó y se enojó: se encendió el fuego de Yavé contra el pueblo y devoró las primeras tiendas del campamento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero aconteció que el pueblo comenzó a murmurar amargamente a oídos de YHVH. Y YHVH lo oyó y se encendió su ira, de manera que el fuego de YHVH ardió contra ellos, y consumió un extremo del campamento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aconteció que el pueblo profirió amargos lamentos que sonaron mal a los oídos de Yahveh. Yahveh lo oyó, se encendió su ira y ardió contra ellos un fuego de Yahveh que devoró un extremo del campamento.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando el pueblo se quejó, desagradó a Jehová; y al oírlo Jehová, se encendió su ira, y el fuego de Jehová ardió entre ellos y consumió a los que estaban en un extremo del campamento.

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Otras versiones



Números 11:1
40 Referencias Cruzadas  

Desagradó al Señor lo que hacía, y le hizo morir.


Una vez terminado el luto, David mandó a buscarla, la llevó a su casa y la tomó por mujer. Ella dio a luz un hijo. Pero esto que hizo David desagradó al Señor.


Elías respondió: 'Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta'. Bajó fuego del cielo y lo devoró a él y a sus cincuenta.


Todavía estaba hablando, cuando llegó otro, que dijo: 'Cayó del cielo el fuego de Dios, que abrasó las ovejas y los pastores, y los devoró. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia'.


un fuego devoró a su banda, una llama devoró a aquellos rebeldes.


Al oírlo, el Señor se enfureció; un fuego se encendió contra Jacob, la ira se desfogó contra Israel;


un fuego devoró a la gente joven, no hubo canción nupcial para los novios;


por la mañana veréis la gloria del Señor, porque él ha oído vuestras murmuraciones contra el Señor. ¿Qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros?'.


Moisés dijo a Aarón: 'Di a toda la comunidad de los israelitas: Acercaos al Señor, porque él ha oído vuestras murmuraciones'.


La luz de Israel se hará un fuego y su Santo una llama que prenderá y devorará sus abrojos y sus cardos en un día.


Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


Se estremecen en Sión los pecadores, el terror invade a los criminales. ¿Quién de nosotros podrá resistir ante el fuego abrasador; quién resistirá estas llamas eternas?


¿Por qué el mortal se queja si sigue viviendo de sus pecados?


Como juzgué a vuestros padres en el desierto de Egipto, así os juzgaré a vosotros, dice el Señor Dios.


Salió entonces de la presencia del Señor un fuego que los abrasó. Así murieron en presencia del Señor.


Los montes tiemblan ante él y las colinas se estremecen; ante él se disuelve la tierra, el mundo y los que en él habitan.


Delante de él camina la peste, la fiebre sigue tras sus pasos.


Partieron de la montaña del Señor e hicieron tres días de camino. El arca de la alianza del Señor iba delante, buscando un sitio donde acampar.


Dirás al pueblo: Santificaos para mañana y comeréis carne, ya que os habéis quejado a los oídos del Señor, diciendo: ¡Quién nos diera carne para comer! ¡Estábamos mejor en Egipto! Pues bien, el Señor os dará carne para comer.


Decían: '¿Es que el Señor ha hablado sólo con Moisés? ¿No ha hablado también con nosotros?'. El Señor lo oyó.


y todos los israelitas murmuraban contra Moisés y Aarón. La comunidad entera decía: '¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! ¿Por qué no moriremos en este desierto?


que todos los que han visto mi gloria y los prodigios que he hecho en Egipto y en el desierto, los que me han puesto a prueba por diez veces y no me han obedecido,


'¿Hasta cuándo habré de soportar a esta comunidad perversa que murmura contra mí? He oído las murmuraciones de los israelitas contra mí.


Diles: Por mi vida, palabra del Señor, que os trataré según las mismas palabras que yo os he oído;


Tú y tus secuaces os habéis rebelado contra el Señor. ¿Quién es Aarón para que habléis mal de él?'.


Un fuego que salía del Señor devoró a los 250 hombres que ofrecían el incienso.


Éstas recuerdan a los israelitas que ningún laico ajeno a la descendencia de Aarón puede acercarse a ofrecer incienso delante del Señor, si no quiere seguir la suerte de Coré y sus secuaces, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés.


que murmuraba contra el Señor y Moisés, diciendo: '¿Por qué nos sacasteis de Egipto, para hacernos morir en el desierto? No hay pan ni agua, y estamos ya hartos de esta comida miserable'.


No protestéis contra Dios como algunos de ellos lo hicieron, y acabaron en manos del exterminador.


cómo sin temer a Dios te asaltó en el camino e hirió por la espalda a los que estaban débiles y se habían quedado rezagados, cuando ibas cansado y extenuado.


Se ha encendido el fuego de mi ira / y quemará hasta lo profundo del abismo; / devorará la tierra y sus productos / y abrasará los cimientos de los montes.


En Taberá, en Masá y en Quibrot Hataavá provocasteis también la ira del Señor.


Porque nuestro Dios es fuego devorador.


El jornal de los obreros que segaron vuestros campos, defraudado por vosotros, clama, y los lamentos de los segadores han llegado a los oídos del Señor todopoderoso.


Son murmuradores, descontentos, que viven conforme a sus pasiones; su boca profiere fanfarronadas, adulando a las personas con vistas a su propio interés.