Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán levantó un altar; preparó la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña.
Mateo 27:2 - Biblia Martin Nieto Lo ataron y lo llevaron al gobernador Pilato. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano. Biblia Católica (Latinoamericana) Luego lo ataron y lo llevaron para entregárselo a Pilato, el gobernador. La Biblia Textual 3a Edicion Y habiéndolo atado, lo llevaron y lo entregaron a° Pilato, el procurador. Biblia Serafín de Ausejo 1975 lo ataron y lo llevaron y entregaron al procurador Pilato. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. |
Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán levantó un altar; preparó la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña.
lo entregarán a los paganos, se burlarán de él, lo azotarán y lo crucificarán, pero al tercer día resucitará'.
Y si eso llega por casualidad a oídos del gobernador, nosotros le convenceremos y conseguiremos que no os castigue'.
En aquel momento llegaron algunos anunciándole que Pilato había matado a unos galileos, mezclando su sangre con la de las víctimas que ofrecían en sacrificio.
Se quedaron en acecho y enviaron espías que aparentaban ser justos, para cazarlo en alguna palabra y así entregarlo al poder y a la autoridad del gobernador.
El año quince del reinado de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, estando Herodes al frente de Galilea, su hermano Filipo al frente de Iturea y de la región de Traconítida, y Lisanias al frente de Abilene,
La tropa, el oficial y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron
De casa de Caifás llevaron a Jesús al palacio del gobernador. Era de madrugada. Los judíos no entraron en el palacio para no contaminarse y poder comer la cena de la pascua.
La misma noche en que Herodes iba a hacerlo comparecer, Pedro estaba dormido entre dos soldados, atado con cadenas; los centinelas montaban la guardia en la puerta de la cárcel.
El comandante llegó, agarró a Pablo y mandó sujetarlo con cadenas; luego preguntó quién era y qué había hecho.
Pero cuando le iban a sujetar con correas, Pablo dijo al oficial allí presente: '¿Está permitido azotar a un ciudadano romano sin haberlo juzgado antes?'.
Al instante los que iban a torturarlo para hacerlo hablar se fueron. Y el comandante tuvo miedo, al darse cuenta de que era romano y que lo había encadenado.
A los dos años sucedió a Félix Porcio Festo; queriendo congraciarse con los judíos, Félix dejó a Pablo en la cárcel.
Éste es el motivo de haberos llamado para veros y conversar con vosotros, pues por la esperanza de Israel estoy cargado de cadenas'.
El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su Hijo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, el cual decidió ponerlo en libertad;
Así ha sido. En esta ciudad, Herodes y Poncio Pilato se confabularon con los paganos y gentes de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu mesías,
y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de que si encontraba algunos que siguieran este camino, hombres o mujeres, pudiera llevarlos presos a Jerusalén.
Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la verdad ante Poncio Pilato, te pido
y por el que sufro estas cadenas, como si fuera un criminal; pero la palabra de Dios no está encadenada.
Acordaos de los presos, de los que sufren torturas, como si estuvieseis en su mismo cuerpo.
Entonces le dijeron: 'Hemos venido para atarte y entregarte en manos de los filisteos'. Sansón respondió: 'Juradme que no me mataréis'.