La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Juan 9:2 - Biblia Martin Nieto

Sus discípulos le preguntaron: 'Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?'.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego?

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

—Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre? —le preguntaron sus discípulos—. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres?

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Sus discípulos le preguntaron: 'Maestro, ¿quién ha pecado para que esté ciego: él o sus padres?'

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sus discípulos le preguntaron: ' Rabbí, ¿quién pecó, para que éste naciera ciego: él o sus padres?'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciese ciego?

Ver Capítulo
Otras versiones



Juan 9:2
9 Referencias Cruzadas  

No te postrarás ante ella ni le darás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,


Ellos le dijeron: 'Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas'.


ser saludados en las plazas y que los llamen ¡maestros!


Pero vosotros no os dejéis llamar maestro, porque uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.


Jesús les dijo: '¿Pensáis que esos galileos eran los más pecadores de todos los galileos porque sufrieron eso?


Entretanto, sus discípulos le insistían: 'Maestro, come'.


De camino, vio a un hombre ciego de nacimiento.


Le respondieron: 'Todo tú eres pecado desde que naciste, y ¿nos enseñas a nosotros?'. Y lo expulsaron de la sinagoga. CONCLUSIÓN


Cuando los indígenas vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: 'Este hombre es ciertamente un asesino; se ha librado del mar, pero la justicia divina no le permite vivir'.