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Juan 10:8 - Biblia Martin Nieto

Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos los que vinieron antes que yo eran ladrones y bandidos, pero las verdaderas ovejas no los escucharon.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Todos° los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Todos los que han venido antes que yo son bandidos y ladrones, pero las ovejas no los escucharon.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.

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Otras versiones



Juan 10:8
11 Referencias Cruzadas  

'Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel y diles: Pastores, esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No es el rebaño al que deben apacentar los pastores?


'Os aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino saltando por otra parte, es un ladrón y un salteador.


¡Ay de los pastores que dejan perecer y dispersarse al rebaño de mi pasto, dice el Señor!


Porque no hace mucho se alzó Teudas diciendo que él era alguien, y le siguieron unos cuatrocientos hombres; pero lo mataron, todos sus seguidores se dispersaron y de aquello ya no queda nada.


Mis ovejas escuchan mi voz. Yo las conozco y ellas me siguen;


Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños'.


Porque voy a poner en este país a un pastor insensato, que no se preocupará de la oveja perdida, ni buscará la que anda descarriada, ni curará a la herida, ni alimentará a las sanas; sino que comerá la carne de las más gordas y no dejará ni las pezuñas.


Sus jefes son, en medio de ella, como leones rugientes; sus jueces, como lobos nocturnos que no dejan nada para la mañana.