El día que los plantas haces que broten y que al día siguiente tu plantación florezca; mas se perderá la cosecha el día de la herida, y el dolor será incurable.
Joel 1:11 - Biblia Martin Nieto Consternaos, campesinos; lamentaos, viñadores, por el trigo y la cebada; perdida está la cosecha del campo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Laméntense, ustedes, agricultores! ¡Giman, ustedes que cultivan vides! Lloren porque el trigo y la cebada —todos los cultivos del campo— están arruinados. Biblia Católica (Latinoamericana) Avergüéncense, labradores; giman, viñadores, por el trigo y la cebada, porque la cosecha de los campos está perdida. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Avergonzaos labradores; Gemid viñadores, Por el trigo y la cebada, Porque la mies del campo se ha perdido! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Afligíos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Confundíos, oh labradores, aullad, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo. |
El día que los plantas haces que broten y que al día siguiente tu plantación florezca; mas se perderá la cosecha el día de la herida, y el dolor será incurable.
Judá está de luto, sus ciudades languidecen, yacen postradas en tierra y un grito de angustia sale de Jerusalén.
Exterminad de Babilonia al sembrador y al que empuña la hoz en tiempo de la siega. Ante la espada destructora, cada uno hacia su pueblo se dirija, cada cual escape a su país.
El Señor ha respondido: 'Porque han abandonado mi ley, que yo les había propuesto, y no han escuchado mi voz ni la han seguido.
'Hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios: ¡Gritad: Ay de aquel día!
Por tanto, esto dice el Señor, Dios omnipotente: 'En todas las plazas habrá lamentos y en todas las calles dirán: ¡Ay, ay! Y convocarán al campesino al duelo y a lamentaciones a los expertos en ellas.
y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.