La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Jeremías 51:3 - Biblia Martin Nieto

¡No entese el arquero su arco, ni se cubra con su coraza! No perdonéis a sus jóvenes, aniquilad todo su ejército.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

No dejen que los arqueros se pongan sus armaduras ni que tensen sus arcos. ¡No perdonen la vida ni siquiera a sus mejores soldados! Que su ejército sea completamente destruido.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Que ninguno de sus arqueros pueda estirar su arco y que nadie se pueda enderezar en su coraza. No tengan piedad con sus jóvenes, destruyan totalmente su ejército.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Que no se vaya el arquero ni el que viste la coraza se retire. No perdonéis a sus jóvenes guerreros,° Exterminad a todas sus huestes,

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

No entese el arquero su arco, no vista su coraza. No perdonéis a sus jóvenes, exterminad todo su ejército.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Diré al arquero que entesa su arco, y al que se enorgullece en su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.

Ver Capítulo
Otras versiones



Jeremías 51:3
12 Referencias Cruzadas  

dichoso el que agarre a tus niños y los estrelle contra las rocas.


aparejad los caballos; montad, caballeros; alineaos con los yelmos, bruñid las lanzas, vestíos las corazas!


Alineaos en torno a Babilonia todos los que tensáis el arco; tirad contra ella sin ahorrar flechas, porque ha pecado contra el Señor.


¡Sube al país de Meratáyim, sube contra él y contra los habitantes de Pecod! ¡Empuña la espada, extermínalos -dice el Señor-, ejecuta mis órdenes!


Degollad todos sus toros, bajen al matadero. ¡Ay de ellos, que ha llegado su día, la hora de su castigo!


Aunque Babilonia se elevara hasta el cielo e hiciera inaccesibles sus fortalezas en las altas esferas, de mi parte les alcanzarían los devastadores -dice el Señor-.


Los cadáveres de los hombres yacen como estiércol en los campos, como gavillas tras el segador, sin haber quién las recoja'.


Fuera herirá la espada; / dentro, el espanto. / Morirán el muchacho y la muchacha, / el niño de pecho y el anciano encanecido.


Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha tenido misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio.