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Jeremías 4:23 - Biblia Martin Nieto

He mirado a la tierra: un caos era; a los cielos: y estaban sin luz.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Miré a la tierra y estaba vacía y no tenía forma; miré a los cielos y no había luz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Miré a la tierra, pero estaba vacía y llena de confusión. Miré a los cielos, y eran sólo tinieblas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Miré la tierra, y he aquí estaba desordenada y vacía,° Y los cielos, y no había luz en ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Miré a la tierra, y ¡ay! era un caos; a los cielos, y no tenían luz.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Miré la tierra, y he aquí que estaba sin forma y vacía; y los cielos, y no había en ellos luz.

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Otras versiones



Jeremías 4:23
19 Referencias Cruzadas  

La tierra era soledad y caos, y las tinieblas cubrían el abismo; y el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.


Las estrellas del cielo y sus constelaciones ya no alumbrarán; el sol se oscurecerá desde que sale, la luna ya no enviará su luz.


Habrá aquel día contra él un bramido como el bramido de la mar; mirarán al país, y habrá sólo oscuridad; la luz quedará oscurecida por espesas nubes.


¡Pasmaos de esto, cielos; espantaos, temblad de inmenso horror! -dice el Señor-.


Y yo voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, un cubil de chacales; y de las ciudades de Judá un desierto, donde nadie habite.


Él me ha llevado, me ha hecho caminar en tinieblas, sin luz.


Ante ellos tiembla la tierra, se estremecen los cielos; el sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo.


En aquel día, dice el Señor Dios, haré ponerse el sol al mediodía y en pleno día oscureceré la tierra.


En aquel día no habrá ni frío ni hielo.


'En aquellos días, después de esta angustia, el sol se oscurecerá, la luna no alumbrará, las estrellas caerán del cielo y las columnas del cielo se tambalearán.


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar.