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Jeremías 4:21 - Biblia Martin Nieto

¿Hasta cuándo he de ver el estandarte y escucharé el sonido del clarín?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¿Hasta cuándo he de ver bandera, he de oír sonido de trompeta?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Hasta cuándo tendré que ver las banderas de combate y oír el toque de trompetas de guerra?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Hasta cuándo tendré que ver estandartes guerreros, y soportar el sonido del clarín?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera y oír sonido del shofar?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Hasta cuándo tendré que ver banderas y oír el son de la trompeta?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Hasta cuándo he de ver bandera, y he de oír sonido de trompeta?

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Jeremías 4:21
11 Referencias Cruzadas  

Jeremías compuso una lamentación sobre Josías, que todos los cantores y cantoras recitan todavía hoy entre sus elegías sobre el rey Josías; ha venido a ser una regla en Israel, y están escritas en las Lamentaciones.


A la vuelta del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia con el valioso mobiliario del templo del Señor, y nombró rey de Judá y Jerusalén a su tío Sedecías.


El Señor mandó contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a espada a sus jóvenes en el santuario mismo, sin perdonar a nadie, ni joven ni virgen, ni anciano ni hombre encanecido. Dios los entregó a todos en sus manos.


El rey de Egipto lo destronó de Jerusalén e impuso al país un tributo de 3.400 kilos de plata y 34 de oro.


¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! ¡Cómo sufro! ¡Entretelas de mi corazón! El corazón se me salta; ya no puedo callarme porque he oído el sonido del clarín, el clamor de guerra.


Se anuncia desastre tras desastre, todo el país está arrasado. De golpe han sido destruidas mis tiendas, en un instante mis pabellones.


¡Oh, necio es mi pueblo, no me conocen; son hijos insensatos, no tienen inteligencia, diestros sólo para el mal, pero no saben hacer el bien!


si decís: ¡No!, nos iremos a Egipto, donde no veamos más la guerra, ni oigamos el sonido de la trompeta, ni suframos más hambre, allí nos instalaremos,


¡Huid, hijos de Benjamín, lejos de Jerusalén! ¡Tocad la trompeta en Técoa! ¡Sobre Betqueren izad una señal! Pues por el norte asoma la desgracia, un inmenso desastre.