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Jeremías 19:8 - Biblia Martin Nieto

Haré de esta ciudad un desierto, una irrisión: todo el que pase junto a ella se asombrará y silbará a la vista de todas sus heridas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y se burlará sobre toda su destrucción.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Reduciré a ruinas a Jerusalén, y así la haré un monumento a su necedad. Todos los que pasen por allí quedarán horrorizados y darán un grito ahogado a causa de la destrucción que verán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Transformaré este lugar en un desierto, en un objeto de risa, de manera que cualquiera que pase quedará admirado y silbará al ver tantas heridas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Convertiré esta ciudad en objeto de asombro y de silbido: todo el que pase por ella se asombrará y silbará a causa de todas sus plagas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Haré de esta ciudad un horror y una rechifla: todo el que pase por ella quedará horrorizado y rechiflará a causa de todas sus heridas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y pondré a esta ciudad en desolación y burla; todo aquel que pase por ella se quedará atónito, y silbará a causa de todas sus plagas.

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Otras versiones



Jeremías 19:8
14 Referencias Cruzadas  

Este templo será reducido a un montón de ruinas; todo el que pase delante de él se quedará asombrado y silbará. Preguntarán: ¿Por qué ha tratado así el Señor a esta tierra y a este templo?;


para hacer de su país un desierto, un objeto de irrisión perpetua; todo el que pase por él quedará atónito y meneará la cabeza.


a Jerusalén, a las ciudades de Judá, a sus reyes, a sus príncipes, para hacer de todo ello un desierto, un horror, un objeto de escarnio, una maldición, como es la condición actual;


Pues por mí mismo he jurado -dice el Señor- que Bosra quedará hecha un desierto, un horror, un oprobio, una maldición, y todas sus ciudades serán ruinas perpetuas.


Despoblada por la ira del Señor, será una desolación total. Todos los que pasen por Babilonia quedarán estupefactos y silbarán al ver tantos estragos.


Los mercaderes de los otros pueblos silban ahora sobre ti; te has convertido en objeto de espanto, has desaparecido para siempre.


Yo mismo arrasaré la tierra, y hasta vuestros enemigos se quedarán estupefactos cuando vengan a habitarla.


Has observado las leyes de Omrí, las prácticas de la casa de Ajab, te has portado como ellos. Yo haré de ti un ejemplo de terror, y de tus habitantes un objeto de burla. ¡Vosotros sufriréis el oprobio de los pueblos!'.


Ésta es la ciudad alegre que vivía confiada y decía en su corazón: '¡Yo, y sólo yo!'. ¡Cómo ha quedado desolada! ¡Una guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella silba y agita la mano.


hasta llegar a ser el estupor, el ludibrio y la irrisión de todos los pueblos donde el Señor te lleve.


Azufre, sal, tierra quemada, eso es toda su tierra. No se podrá sembrar, nada en ella germinará, ni siquiera una hierba crecerá en ella; la catástrofe será semejante a la de Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboyín, que el Señor destruyó llevado de su ira y su furor.