El oficial sobre cuyo brazo solía apoyarse el rey dijo al hombre de Dios: 'Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?'. Eliseo respondió: 'Pues bien, tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello'.
Jeremías 17:6 - Biblia Martin Nieto Es como tamarisco en la estepa, que no siente cuándo llega la dicha, porque arraiga en los lugares abrasados del desierto, en tierra salobre y despoblada. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Biblia Nueva Traducción Viviente Son como los arbustos raquíticos del desierto, sin esperanza para el futuro. Vivirán en lugares desolados, en tierra despoblada y salada. Biblia Católica (Latinoamericana) Es como mata de cardo en la estepa;
no sentirá cuando llegue la lluvia,
pues echó sus raíces
en lugares ardientes del desierto,
en un solar despoblado. La Biblia Textual 3a Edicion Será como retama en el desierto, Y no verá cuando viene el bien, Sino que habitará lugares secos en el desierto, En tierra salitrosa° y deshabitada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Es como tamarisco en la estepa, que no ve que llegue el bien; pues mora en los pedregales del desierto, en una tierra salitrosa e inhabitable. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues será como la retama en el desierto, y no verá cuando viniere el bien; sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra salada y deshabitada. |
El oficial sobre cuyo brazo solía apoyarse el rey dijo al hombre de Dios: 'Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?'. Eliseo respondió: 'Pues bien, tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello'.
Pues quedaréis igual que un terebinto de hojas marchitas, lo mismo que un jardín que ya no tiene agua.
por eso, esto dice el Señor: Yo castigaré a Semayas de Nejelán y a su descendencia. Ninguno de los suyos habitará en medio de este pueblo, ni verá el bien que yo voy a hacer a mi pueblo -dice el Señor-, por haber predicado la rebeldía contra el Señor'.
Sin embargo, sus marismas y sus lagunas no serán saneadas; serán abandonadas a la sal.
Por eso, ¡por mi vida!, dice el Señor omnipotente, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra: campos de cardos, montón de sal, desolación eterna. Los supervivientes de mi pueblo los saquearán, los que queden de mi nación los heredarán.
Y todas las naciones se preguntarán: ¿Por qué el Señor ha tratado así a esta tierra? ¿Por qué se encendió tanto su furor?
Abimelec luchó todo aquel día contra la ciudad, se apoderó de ella y mató a todos sus habitantes y la destruyó y sembró de sal.