La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Jeremías 16:5 - Biblia Martin Nieto

Pues esto dice el Señor: 'No entres en la casa en que se hace duelo. No vayas a llorar, ni a consolarlos, porque -dice el Señor- yo he retirado de este pueblo mi paz, mi misericordia y mi compasión.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque así ha dicho Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles; porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mis piedades.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Esto dice el Señor: «No vayas a los funerales para llorar y mostrar compasión por ellos, porque he retirado mi protección y mi paz de ellos; he quitado mi amor inagotable y mi misericordia.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Y Yavé insistió: 'No entres en la casa donde celebran un duelo. No llores con ellos ni te lamentes en voz alta. Porque, en adelante, no daré más mi paz a este pueblo, ni le haré misericordia, ni le tendré compasión.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Así dice YHVH: No entres en casa del luto, ni vayas a llorar, ni te lamentes por ellos, porque retiro de este pueblo mi paz, mi misericordia y mi compasión, dice YHVH.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Además Yahveh me dijo así: 'No entres en casa de duelo, no vayas a lamentarte ni a darles el pésame, porque he retirado mi paz de este pueblo -oráculo de Yahveh-, la piedad y la clemencia,

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque así dice Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles: porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, y la bondad y la misericordia.

Ver Capítulo
Otras versiones



Jeremías 16:5
13 Referencias Cruzadas  

Acuérdate, Señor, de tu misericordia y tu bondad, que son eternas;


Cuando los ramos están secos, se les rompe; vienen las mujeres y los queman. Por ser un pueblo sin inteligencia no se compadece de él su creador, no le da su favor el que le ha formado.


A todas las alturas peladas del desierto han llegado los devastadores -porque el Señor blande una espada que devora-; de un extremo al otro del país no hay paz para nadie.


Los estrellaré el uno contra el otro, los padres contra los hijos, dice el Señor. Sin piedad, sin misericordia, sin perdón, los aniquilaré'.


Pero yo os expulsaré de este país a un país desconocido para vosotros y para vuestros padres. Allí serviréis día y noche a otros dioses, porque yo no os concederé más misericordia.


Me ha quitado la paz del alma, ya no sé qué es la dicha.


Porque antes de estos días no había salario para el hombre, los animales no pillaban nada, no había seguridad de movimientos para nadie de cara al agresor. Yo mismo había enzarzado a los hombres unos contra otros.


Pero aquel día montaré en cólera contra él, lo abandonaré y me esconderé de él. Un cúmulo de males y desgracias lo asaltará para devorarlo. Entonces dirá: Mi Dios ya no está conmigo; por eso me ocurren estas desgracias.


Y salió otro caballo rojo; a su jinete se le dio poder para quitar la paz de la tierra y hacer que los hombres se mataran unos a otros, y se le dio una gran espada.