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Eclesiastés 5:2 - Biblia Martin Nieto

Porque de la multitud de las preocupaciones nacen los sueños, y por el exceso de palabras se dicen disparates.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si estás muy preocupado, te pones a soñar; si prometes demasiado, dirás lo que no conviene.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No te des prisa con tu boca, ni se apresure tu corazón a proferir palabra ante Ha-’Elohim, porque Ha-’Elohim está en los cielos y tú en la tierra, por tanto, sean pocas tus palabras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

De los muchos afanes nacen los sueños, y de las muchas palabras las necedades.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No te des prisa con tu boca, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú en la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

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Otras versiones



Eclesiastés 5:2
21 Referencias Cruzadas  

Abrahán replicó: 'Soy en verdad muy atrevido insistiendo ante mi Dios, yo, que soy polvo y ceniza.


Abrahán insistió: 'No se irrite mi Señor si sigo hablando. A lo mejor sólo hay treinta'. Y el Señor respondió: 'No lo haré si encuentro treinta'.


Abrahán volvió a decir: 'No se irrite mi Señor. Voy a hablar por última vez. A lo mejor sólo hay diez'. Y el Señor respondió: 'No la destruiré en consideración a esos diez'.


Jacob hizo esta promesa: 'Si Dios está conmigo, me protege en este viaje que estoy haciendo y me da pan para comer, vestidos para cubrirme


y esta piedra que he levantado a modo de estela será un santuario; de todo lo que me des te devolveré puntualmente la décima parte'.


Nuestro Dios está en los cielos, él hace todo lo que quiere.


En el mucho hablar no falta el pecado, el que frena sus labios es prudente.


Es un lazo para el hombre hacer a la ligera una promesa y reflexionar sólo después de haberlo prometido.


Las palabras de la boca del sabio son agradables; pero los labios del tonto causan su propia ruina.


Las primeras palabras de su boca son despropósitos, y el final de su discurso funesta locura.


Cuando haces una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque no le agradan los necios. La promesa que has hecho, cúmplela.


Si ves en la región al pobre oprimido, el derecho y la justicia violados, no te sorprendas por eso; es que sobre una autoridad hay vigilando otra autoridad, y sobre ésta hay aún otras autoridades.


Como se alza el cielo por encima de la tierra se elevan mis caminos sobre vuestros caminos y mis pensamientos sobre vuestros pensamientos.


si uno hace a la ligera un juramento de hacer algo bueno o malo -uno de esos juramentos que se hacen sin pensar-, al darse cuenta será culpable;


Al rezar, no os convirtáis en charlatanes como los paganos, que se imaginan que serán escuchados por su mucha palabrería.


'Vosotros rezad así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,


Y juró: 'Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino'.


Todos faltamos de muchas maneras. Si uno no falta en las palabras, es un hombre perfecto, capaz de refrenar también todo su cuerpo.


Jefté hizo este voto al Señor: 'Si pones en mis manos a los amonitas,