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Cantares 4:2 - Biblia Martin Nieto

Tus dientes, cual rebaño de ovejas esquiladas que regresa del baño, cada una con crías mellizas, y ninguna privada de ellas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, Que suben del lavadero, Todas con crías gemelas, Y ninguna entre ellas estéril.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tus dientes son blancos como ovejas recién esquiladas y bañadas. Tu sonrisa es perfecta; cada diente hace juego con su par.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tus cabellos, como un rebaño de cabras que ondulan por las pendientes de Galaad. Tus dientes, ovejas esquiladas que acaban de bañarse, cada una tiene su melliza y ninguna la ha perdido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Tus dientes, cual rebaño de ovejas trasquiladas, Que suben del lavadero, Todas con crías gemelas Y ninguna estéril entre ellas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tus dientes, como rebaño de ovejas esquiladas cuando salen del baño: todas llevan mellizos, sin cría no hay ninguna.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tus dientes, como rebaño de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y ninguna entre ellas estéril.

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Otras versiones



Cantares 4:2
10 Referencias Cruzadas  

En tu tierra no habrá mujer que aborte, ni mujer estéril: colmaré el número de tus días.


¡Qué hermosa eres, amor mío, qué hermosa eres! Tus ojos, de paloma, a través de tu velo. Tu melena, cual rebaño de cabras ondulante por las pendientes de Galaad.


Como cinta de escarlata tus labios, tu boca encantadora. Tus mejillas, mitades de granada a través de tu velo.


Tus dientes, como un rebaño de ovejas que regresan del baño, cada una con crías mellizas, y ninguna privada de ellas.


Cuando recibía tus palabras yo las devoraba; tus palabras eran mi delicia, la alegría de mi corazón, pues tu nombre se invocaba sobre mí, oh Señor Dios omnipotente.


Si estáis unidos a mí y mis enseñanzas permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y se os concederá'.


Por todo ello damos continuamente gracias a Dios: porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la abrazasteis no como palabra de hombre, sino como lo que es en verdad, la palabra de Dios, que permanece vitalmente activa en vosotros, los creyentes.