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2 Samuel 4:7 - Biblia Martin Nieto

entraron sin ser vistos en la casa donde Isbaal estaba acostado en la cama de su dormitorio. Lo mataron, le cortaron la cabeza y caminaron durante toda la noche por el camino de la Arabá.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando entraron en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entraron en la casa y encontraron a Is-boset dormido en su cama. Lo golpearon, lo mataron y le cortaron la cabeza. Luego tomaron la cabeza y huyeron durante la noche a través del valle del Jordán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

entraron en la casa y encontraron a Isbaal tendido en la cama de su dormitorio. Lo golpearon y le cortaron la cabeza, después caminaron toda la noche por el camino de la Arabá, llevando la cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando entraron en la casa, estaba él acostado sobre su lecho en la alcoba y lo hirieron y mataron, y luego lo decapitaron. Entonces tomaron su cabeza y marcharon por el camino del Arabá toda la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando entraron en la casa, Isbaal estaba durmiendo en la cama de su alcoba. Le hirieron de muerte, le cortaron la cabeza, la tomaron consigo y estuvieron huyendo por el camino de la Arabá durante toda la noche.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque cuando entraron en la casa, él estaba en su cama en su cámara de dormir, y lo hirieron y mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá.

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Otras versiones



2 Samuel 4:7
8 Referencias Cruzadas  

Abner y sus hombres marcharon durante toda aquella noche por la Arabá, pasaron el Jordán y, después de caminar toda la mañana, llegaron a Majanayín.


Pero los magos hicieron lo mismo con sus encantamientos. Hicieron subir las ranas sobre todo Egipto.


Trajeron la cabeza en una bandeja y se la entregaron a la muchacha, la cual se la llevó a su madre.


David corrió, se detuvo ante el filisteo, tomó su espada y, sacándola de la vaina, le remató y le cortó la cabeza. Cuando los filisteos vieron muerto a su héroe, se dieron a la fuga.


David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén; las armas las puso en su propia tienda.


Les cortaron la cabeza, les despojaron de sus armas e hicieron publicar la buena nueva por todo el país de los filisteos, a los cuatro vientos, a sus ídolos y al pueblo.