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1 Samuel 3:3 - Biblia Martin Nieto

La lámpara de Dios todavía no estaba apagada, y Samuel dormía en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba dormido en el tabernáculo cerca del arca de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todavía no se había apagado la lámpara de Dios y Samuel estaba acostado en el santuario de Yavé, allí donde estaba el arca de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

pero aún no se había apagado la lámpara de Dios, y estando Samuel acostado en la Casa de YHVH, en la cual estaba el Arca de Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No se había apagado todavía la lámpara de Dios. Samuel se hallaba acostado en el santuario de Yahveh, donde se hallaba el arca de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde el arca de Dios estaba; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,

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Otras versiones



1 Samuel 3:3
10 Referencias Cruzadas  

Ofrecen diariamente holocaustos al Señor, mañana y tarde, queman perfumes aromáticos, ponen los panes de la proposición sobre la mesa limpia y encienden todas las tardes el candelabro de oro con sus lámparas; seguimos cumpliendo las disposiciones del Señor, nuestro Dios, que vosotros habéis abandonado.


Una cosa pido al Señor, sólo eso busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.


la voz del Señor retuerce las encinas y arrasa los bosques; en su templo todo grita: '¡Gloria!'.


llevas a la ruina a los mentirosos, al hombre explotador y fraudulento el Señor lo detesta.


'Harás, además, un candelabro de oro puro forjado; su base, fuste, copas, cálices y pétalos harán un solo cuerpo.


Su rival la humillaba y se burlaba de ella porque el Señor la había hecho estéril.


Después que comieron y bebieron en Silo, Ana se levantó y se puso ante el Señor, mientras Elí, el sacerdote, estaba sentado en su silla ante la puerta del santuario del Señor.