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1 Corintios 7:10 - Biblia Martin Nieto

A los casados les mando (es decir, no yo, sino el Señor) que la mujer no se separe del marido;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No obstante, para los que ya están casados, tengo un mandato que no proviene de mí sino del Señor. La esposa no debe dejar a su marido;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En cuanto a los casados, les doy esta orden, que no es mía sino del Señor: que la mujer no se separe de su marido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y a los que se han casado, ordeno, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respecto de los que ya están casados hay un precepto, no mío, sino del Señor: que la mujer no se separe del marido

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y a los casados mando, no yo, sino el Señor: Que la esposa no se separe de su marido;

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Otras versiones



1 Corintios 7:10
13 Referencias Cruzadas  

Mas como una mujer traiciona a su amante, así me ha traicionado a mí la casa de Israel -dice el Señor-.


Pero yo os digo que todo el que se separe de su mujer, excepto en caso de concubinato, la expone a cometer adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada comete adulterio'.


Se le acercaron unos fariseos y le preguntaron con intención de tentarlo: '¿Le está permitido al hombre separarse de su mujer?'.


Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada comete adulterio'.


y si se separa, que no se case o que se reconcilie con su marido; y que el marido no se divorcie de la mujer.


A los demás les digo yo, no el Señor: Si un cristiano está casado con una mujer pagana, pero acepta vivir con él, que no se divorcie de ella.


Pero si el cónyuge no creyente se separa, que se separe; en ese caso el otro cónyuge creyente queda en plena libertad, porque el Señor nos ha llamado a vivir en paz.


Acerca de los solteros, no tengo ningún precepto del Señor; pero doy mi opinión particular como quien es digno de crédito por la misericordia del Señor.


Pero, a mi parecer, será más feliz si continúa como está; ésta es mi opinión; y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.


Esto os lo digo como concesión, no como mandato.