La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Corintios 6:5 - Biblia Martin Nieto

¿No os da vergüenza? ¿No hay entre vosotros algún hombre prudente, capaz de hacer justicia entre sus hermanos?

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos,

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Digo esto para que se avergüencen. ¿No hay nadie en toda la iglesia con suficiente sabiduría para decidir sobre esos temas?

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Qué vergüenza! ¿Así que entre ustedes no hay ni un solo entendido que pueda hacer de árbitro entre hermanos?

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Para vergüenza vuestra lo digo. Así, ¿no hay entre vosotros ningún sabio que pueda° juzgar entre sus hermanos,°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Para vergüenza vuestra lo digo: ¿es que no hay entre vosotros ningún entendido que pueda ser juez en un pleito entre hermanos?

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Para vuestra vergüenza lo digo. ¿Será así, que no haya entre vosotros sabio, ni siquiera uno que pueda juzgar entre sus hermanos?

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Corintios 6:5
12 Referencias Cruzadas  

La sabiduría del prudente está en conocer su camino, la insensatez de los necios en engañarse.


Un día de aquellos, en que se habían reunido unos ciento veinte, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos y dijo:


Ananías respondió: 'Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y decir todo el mal que ha hecho a tus fieles en Jerusalén.


¿No os enseña la misma naturaleza que es una vergüenza que el hombre se deje el pelo largo,


Entrad en razón y no pequéis, pues algunos tienen gran ignorancia de Dios. Os lo digo para vergüenza vuestra.


Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros piensa que es sabio según la sabiduría de este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.


Nosotros tontos por Cristo, vosotros sabios en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros honrados, nosotros despreciados.


No os escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos muy queridos.


Cuando tenéis un pleito con otro, ¿por qué lleváis el asunto a un tribunal pagano, y no lo resolvéis entre los creyentes?


Para los asuntos de esta vida elegís como jueces a los que no tienen que ver nada con la Iglesia.


Si alguno de vosotros está falto de sabiduría, que se la pida a Dios -que a todos da con generosidad y sin echarlo en cara-, y le será concedida.