La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Corintios 2:3 - Biblia Martin Nieto

Me presenté entre vosotros débil y temblando de miedo.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo mismo me sentí débil ante ustedes, tímido y tembloroso.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y llegué a vosotros con debilidad, y con temor y con mucho temblor;°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y me presenté ante vosotros débil y con mucho temor y temblor.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y estuve con vosotros en flaqueza, y mucho temor y temblor;

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Corintios 2:3
22 Referencias Cruzadas  

Aquel día los egipcios serán como mujerzuelas; se asustarán y se horrorizarán al ver agitarse la mano que el Señor todopoderoso levantará contra ellos.


Pasaron por Anfípolis y Apolonia, donde los judíos tenían una sinagoga.


Después de esto, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto.


Siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se sublevaron a una contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal


Como ellos le llevaban la contraria y lo insultaban, se sacudió la ropa y dijo: 'Que vuestra sangre caiga sobre vuestras cabezas; yo soy inocente; desde ahora me iré con los paganos'.


Yo mismo, Pablo, os lo pido por la ternura y la bondad de Cristo; yo, tan tímido cuando estoy entre vosotros y tan valiente cuando estoy lejos.


porque dicen que mis cartas son duras y fuertes, pero que mi presencia corporal es muy poca cosa y mi palabra lamentable-,


Fue crucificado en razón de su flaqueza, pero ahora vive por el poder de Dios. Yo también participo de su debilidad y participaré, frente a vosotros, de su poderosa vida divina.


Y nos alegramos de que yo sea débil y vosotros fuertes. Lo que pedimos en nuestras oraciones es vuestra perfección.


Por eso, teniendo este ministerio por la misericordia de Dios, no nos desanimamos.


Por esto no desfallecemos, pues aunque nuestro hombre exterior vaya perdiendo, nuestro hombre interior se renueva de día en día.


sino que en todo nos mostramos como ministros de Dios, con gran paciencia en sufrimientos, estrecheces, angustias,


Él os ha cobrado más cariño al ver cómo le obedecisteis y con qué respeto le tratasteis.


Cuando llegué a Macedonia tampoco pude estar tranquilo; encontré dificultades por todas partes; por fuera conflictos, por dentro temores.


Esclavos, obedeced a vuestros amos temporales con respeto, lealtad y de todo corazón, como si fuera a Cristo;