Pero a mí me tienen por gusano, menos que humano; soy la burla de la gente, el despreciado del pueblo.
Juan 19:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011 Los soldados entretejieron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza. Lo vistieron con un manto de púrpura, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura; Biblia Nueva Traducción Viviente Los soldados armaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza y lo vistieron con un manto púrpura. Biblia Católica (Latinoamericana) Los soldados hicieron una corona con espinas y se la pusieron en la cabeza, le echaron sobre los hombros una capa de color rojo púrpura La Biblia Textual 3a Edicion Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y lo vistieron con un manto purpúreo; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego los soldados le pusieron en la cabeza una corona que habían entretejido con espinas, lo vistieron con un manto de púrpura Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de púrpura; |
Pero a mí me tienen por gusano, menos que humano; soy la burla de la gente, el despreciado del pueblo.
Así ha dicho Yahweh, el Redentor de Yisrael, el Santo suyo, al despreciado, al aborrecido de las naciones, al esclavo de los gobernantes: “Los reyes lo verán y se levantarán; también los príncipes, y se postrarán –en honor a Yahweh, quien es fiel, al Santo de Yisrael, el cual te escogió”. Yahweh promete restaurar a Tsiyón
Fue despreciado, desechado por los hombres; varón de sufrimientos, familiarizado con la enfermedad. Como uno que esconde su rostro de nosotros, fue menospreciado, y lo estimamos como nada.
Pero Horedós y su corte, después de menospreciarlo y burlarse de él, lo vistieron con ropa espléndida. Y volvió a enviarlo donde Pilato.
Entonces Yahoshúa salió llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: “¡Ahí tienen al hombre!”