Así que Jamor y su hijo Shekhem fueron a la plaza pública de su pueblo y les hablaron a sus compueblanos, diciendo:
2 Samuel 15:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011 Avshalom se levantaba muy de mañana y se ponía de pie a un lado del camino que conduce a la puerta de la ciudad; y siempre que alguien tenía un caso por el que iba a juicio ante el rey, Avshalom lo llamaba y le preguntaba: “¿De qué poblado eres?” Y cuando él respondía: “Tu servidor es de tal o cual tribu de Yisrael”, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino junto a la puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Cada mañana se levantaba temprano e iba a la puerta de la ciudad. Cuando la gente llevaba un caso al rey para que lo juzgara, Absalón le preguntaba de qué parte de Israel era, y la persona le mencionaba a qué tribu pertenecía. Biblia Católica (Latinoamericana) Muy temprano iba Absalón a pararse al lado del camino que lleva a la puerta de la ciudad. Cada vez que un hombre tenía un pleito y debía presentarse en casa del rey para el juicio, Absalón lo llamaba y le preguntaba: '¿De qué ciudad eres tú?' Si el otro respondía: 'Tu servidor es de tal tribu de Israel', La Biblia Textual 3a Edicion Y Absalón se levantaba temprano y se situaba a un lado del camino junto a la puerta,° y a cualquiera que tenía un pleito y acudía ante el rey para juicio, Absalón lo llamaba y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él decía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Absalón madrugaba y se ponía junto al camino de acceso a la puerta. Conversaba con cuantos acudían a jucio ante el rey para pleitear y les decía: '¿De qué ciudad eres tú?'. Éste respondía: 'De tal tribu de Israel es tu servidor'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino de la puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba a sí, y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel. |
Así que Jamor y su hijo Shekhem fueron a la plaza pública de su pueblo y les hablaron a sus compueblanos, diciendo:
Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta; y cuando se les anunció a todas las tropas que el rey estaba sentado a la puerta de la ciudad, todas las tropas se presentaron ante el rey. Mientras tanto, los yisraelitas habían huido a sus casa.
Ellos le respondieron: “Si tratas bien a este pueblo y los aceptas y les hablas palabras bondadosas, ellos serán tus siervos para siempre”.
De tarde se levanta el asesino para matar al pobre y necesitado, y de noche actúa como ladrón.
Pero cuando el suegro de Mosheh vio lo mucho que tenía que hacer por el pueblo, le dijo: “¿Qué es lo que estás haciendo con el pueblo? ¿Por qué actúas solo, mientras todo el pueblo está a tu alrededor desde la mañana hasta la tarde?”
Cuando tienen una disputa, vienen donde mí, y yo decido entre una persona y otra, y les doy a conocer las leyes y enseñanzas de ha’Elohim”.
y ellos juzgaban al pueblo en todo tiempo: los asuntos difíciles se los traían a Mosheh, y todo los asuntos menores los decidían ellos mismos.
Porque no pueden dormir si no han hecho lo malo; a menos que hagan caer a alguien se les espanta el sueño.
Le sucederá en su lugar un hombre vil, al cual no se ha dado el esplendor del reino. Habiendo tranquilidad, vendrá y tomará el reino con intrigas.
Al amanecer, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron a deliberar contra Yahoshúa para darle muerte.
Si un caso te resulta muy confuso para decidirlo, sea una controversia sobre homicidio, ley civil o asalto, asuntos de litigio en tus cortes, dirígete prontamente al lugar que Yahweh tu Elohim haya escogido,
Entretanto, Bóaz había subido a la puerta de la ciudad y se sentó allí. Y en eso pasaba por allí aquel pariente redentor que había mencionado Bóaz. Éste lo llamó: “¡Eh, Fulano! Ven acá, y siéntate”. Y él fue y se sentó.