Cuando estaba por entrar a Mitsráyim, le dijo a su esposa Saray: “Yo sé que tú eres una mujer hermosa.
2 Samuel 11:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011 Una vez al atardecer, Dawid se levantó de su cama y se paseaba por la azotea del palacio real; y vio desde la azotea a una mujer que se estaba bañando. La mujer era muy bella, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Biblia Nueva Traducción Viviente Una tarde, después del descanso de mediodía, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. Biblia Católica (Latinoamericana) Una tarde en que David se había levantado de su siesta y daba un paseo por la terraza, divisó desde lo alto de la terraza a una mujer que se estaba bañando; la mujer era muy hermosa. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que a la hora de la tarde, David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa real, y desde el terrado vio a una mujer bañándose, y la mujer era muy hermosa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Una tarde, David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real, cuando vio desde la terraza a una mujer que se estaba bañando, la cual era por cierto muy hermosa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa. |
Cuando estaba por entrar a Mitsráyim, le dijo a su esposa Saray: “Yo sé que tú eres una mujer hermosa.
Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer y un deleite a los ojos, y que el árbol era deseable como fuente de sabiduría, tomó de su fruto y comió. También le dio a su esposo, y él comió con ella.
Shekhem el hijo de Jamor el hiwita, jefe del país, la vio, y la cogió y se acostó con ella por la fuerza.
Dejó todo lo que tenía en manos de Yosef y, con él allí, no se ocupaba más que de la comida que comía. Sucede que Yosef era gallardo y bien parecido.
los hijos de ha'Elohim vieron cuán hermosas eran las hijas de los hombres y escogieron esposas de entre las que les agradaban.
Esto sucedió algún tiempo después: Avshalom hijo de Dawid tenía una hermana hermosa que se llamaba Tamar, y Amnón hijo de Dawid se enamoró de ella.
Avshalom tuvo tres hijos y una hija, que se llamaba Tamar. Ella era una mujer hermosa.
Rekhav y Baaná, hijos de Rimón el beerotita, fueron, y llegaron a la casa de Ishbóshet en pleno calor del día, cuando él se hallaba durmiendo la siesta del mediodía.
y entraron en la casa mientras él dormía en su cama, en su dormitorio; y lo hirieron y mataron. Le cortaron la cabeza, tomaron la cabeza y anduvieron toda la noche por el Aravah.
[Shin] La gracia es engañosa, la belleza es ilusoria; es por su respeto a Yahweh que debe alabarse a una mujer.
las casas de Yerushalem y las casas de los reyes de Yahudah serán inmundas, como el lugar del Tófet –todas las casas sobre cuyos terrados se le hicieron ofrendas a todo el ejército del cielo y derramaron libaciones a otros elohim”.
Lo que les digo en privado, díganlo en público; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas.
Pero yo les digo que todo el que mira a una mujer para desearla ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Al otro día, mientras ellos proseguían su camino y se acercaban a la ciudad, Shimón Kefá subió a la azotea para orar, cerca de las doce del día.
Cuando construyas una casa nueva, debes hacer una baranda sobre el techo, para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguien se cae de ella.
No codiciarás la esposa de tu prójimo; no ambicionarás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.
El fin de todas las cosas se acerca. Así que sean prudentes y manténganse alerta en la oración.
porque todo lo que hay en el mundo –los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la arrogancia de la vida– no proviene del Padre sino del mundo.