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2 Samuel 1:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

Al tercer día, vino un hombre del campamento de Shaúl, con su ropa desgarrada y tierra sobre su cabeza; y al acercarse a Dawid, se tiró al suelo y se postró.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Al tercer día, sucedió que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al tercer día llegó un hombre del campamento del ejército de Saúl con sus ropas rasgadas y polvo sobre la cabeza en señal de duelo. El hombre cayó al suelo y se postró delante de David con profundo respeto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl: tenía la ropa hecha tiras y tierra en la cabeza. Apenas llegó donde David, se tiró al suelo y se postró.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al tercer día sucedió que llegó un hombre del campamento de Saúl, con sus vestidos rotos y tierra sobre su cabeza. Y ocurrió que cuando llegó ante David, cayó en tierra° y se postró.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

al tercer día llegó del campamento de Saúl un hombre con los vestidos desgarrados y cubierta de polvo la cabeza. Al acercarse a David, se echó a tierra y se postró ante él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Al tercer día, sucedió que vino un hombre del campamento de Saúl, rotas sus vestiduras, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra, e hizo reverencia.

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Otras versiones



2 Samuel 1:2
25 Referencias Cruzadas  

Al tercer día Avraham miró y alcanzó a ver el lugar en la distancia.


Cuando Reubén regresó al hoyo y vio que Yosef no estaba en el hoyo, se desgarró la ropa.


Yaaqov se desgarró la ropa, se puso tela de saco encima, y guardó luto por su hijo durante muchos días.


Ellos contestaron: “Le va bien a su servidor nuestro padre; todavía está en buena salud”. Y se postraron e hicieron reverencia.


Dawid le preguntó: “¿De dónde vienes?” El respondió: “Acabo de escaparme del campamento de Yisrael”.


Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y desgarró su túnica de diversos colores que llevaba; se puso las manos sobre la cabeza, y se fue gritando.


Aquella mujer de Teqoa vino donde el rey, se tiró con el rostro en el suelo, y se postró. Y gritó: “¡Socórrame, oh rey!”


Cuando Dawid llegó a la cumbre, donde la gente solía postrarse ante Elohim, Jushay el arkita le salió al encuentro, con sus vestiduras desgarradas y con tierra sobre la cabeza.


Arawná miró y vio al rey y a sus cortesanos que venían hacia él. Así que Arawná salió y se postró ante el rey con el rostro en tierra.


El que me contó en Tsiqlag que Shaúl estaba muerto pensó que me traía una buena noticia. Pero en lugar de recompensarlo por la noticia, lo agarré y lo maté en Tsiqlag.


“Ve, reúne a todos los yahuditas que viven en Shushán, y ayunen por mí; no coman ni beban en tres días, ni de noche ni de día. Yo también ayunaré con mis doncellas. Después iré donde el rey, aunque sea contrario a la ley; y si perezco, que perezca”


Al tercer día, Ester se puso su vestido real y se puso de pie en el patio interior del palacio del rey, frente al palacio real, mientras el rey estaba sentado en su trono real en la sala real que queda frente a la entrada del palacio.


Díganle a Elohim: “¡Qué prodigiosos son tus hechos! Por la grandeza de tu poder se acobardan tus enemigos;


Harán oír su voz por ti; gritarán amargamente. Echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en la ceniza.


En dos días nos sanará otra vez; al tercer día nos levantará, y quedaremos sanos por su favor.


Rasguen su corazón en vez de su vestido, y vuelvan a Yahweh su Elohim. Que él es bondadoso y compasivo, lento para la ira, abundante en amor, y que renuncia al castigo.


Porque así como Yonah estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.


Desde entonces, Yahoshúa comenzó a explicar a sus discípulos que él tenía que ir a Yerushaláyim y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y morir, y resucitar al tercer día.


Ante eso Yahoshúa se rasgó la ropa. Él y los ancianos de Yisrael estuvieron hasta la tarde con sus rostros sobre el suelo frente al Arca de Yahweh; y se echaban tierra sobre la cabeza.


Mira, yo te daré algunos de la sinagoga del Satán, de los que dicen ser yahuditas y no lo son, sino que mienten. Mira, yo haré que lleguen y se postren delante de tus pies, y conocerán que yo te he amado.


Cuando el muchacho llegó allá, Dawid salió de su escondite en el Néguev. Se lanzó rostro en tierra y se inclinó tres veces. Se besaron mutuamente y lloraron juntos; Dawid lloró por más tiempo.


Cuando Avigáyil vio a Dawid, se desmontó rápidamente del asno y se tiró rostro en tierra delante de Dawid, inclinándose hasta el suelo.


Un binyaminita corrió del campo de batalla y llegó a Shiloh el mismo día; tenía la ropa rota y tierra en la cabeza.


El hombre le dijo a Elí: “Yo soy el que vino del campo de batalla; acabo de escapar del campo de batalla”. [Elí] preguntó: “¿Qué sucedió, hijo mío?”