Y te llega la miseria del vagabundo, Y la indigencia del mendigo.°
Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.
Entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.
y de pronto te sorprende la pobreza como un vagabundo, la miseria cae sobre ti como un ladrón.
y te llega la miseria como un salteador, la indigencia como un hombre armado.
Así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado.
¡Así acabarás en la más terrible pobreza!
El alma del perezoso desea, y nada alcanza, Pero el alma del diligente será gratificada.
Y tu miseria te sobrevendrá como la del vagabundo, Y tu indigencia como la del mendigo.
En otoño no ara el holgazán, Rebuscará en la cosecha, pero no hallará nada.
La mano negligente empobrece, Pero la mano de los diligentes enriquece.
Porque el ebrio y el glotón se empobrecen, Y el dormitar hace vestir harapos.
La pereza hace caer en sueño profundo: El alma ociosa pasará hambre.
No te aficiones al sueño, No sea que te empobrezcas, Despega tus ojos y te saciarás de pan.
Un poco de soñar, un poco de dormitar, Un poco de cruzar las manos para descansar,
El necio se cruza de brazos, y devora su propia carne.