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Proverbios 26:4 - La Biblia Textual 3a Edicion

No respondas al necio según su necedad, No sea que te iguales a él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No respondas a las estupideces de un imbécil, te volverías como él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No respondas al necio según su necedad, no sea que tú mismo te iguales a él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No respondas al necio conforme a su necedad, para que no seas tú también como él.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

No te pongas al nivel del necio, o resultará que el necio eres tú.

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Otras versiones



Proverbios 26:4
14 Referencias Cruzadas  

Responde al necio como merece su necedad, No sea que se tenga por sabio.


no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino bendiciendo, pues para esto fuisteis llamados, para que heredarais bendición.


Y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo lo haré más pesado aún. Mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré con escorpiones.


Suelta el chorro el que comienza una riña, Antes de enzarzarte, abandona la porfía.


Y cuando todo Israel vio que el rey no los había escuchado, el pueblo le respondió al rey, diciendo: ¿Qué parte tenemos en David? ¡No tenemos heredad con el hijo de Isaí! ¡Israel, a tus dioses!° ¡Mira ahora, David, por tu propia casa! E Israel se retiró a sus tiendas.


Mientras que el arcángel Miguel,° cuando disputaba con el diablo, contendiendo por el cuerpo de Moisés,° no se atrevió a proferir juicio de maldición, sino que dijo: ¡El Señor te reprenda!°


Pero ellos callaron y no respondieron palabra, porque la orden del rey decía: No le respondáis.


No deis lo santo a los perros ni echéis vuestras perlas a los cerdos,° no sea que las pisoteen con sus patas y se vuelvan y os despedacen.


No hables a oídos insensatos, Porque despreciarán tus sensatas razones.


Si un sabio contiende con un necio, Se enoje éste o se ría, no habrá sosiego.