Y al entrar en la casa, saludadla.
Cuando entren en el hogar, bendíganlo.
Al entrar en la casa, deséenle la paz.
Al entrar en la casa, dirigidle el saludo de paz.
Y cuando entréis en una casa, saludadla.
Cuando entren en esa casa, saluden ofreciendo la paz a todos los que vivan en ella.
Y le diréis así: ¡Salud! ¡La paz sea contigo! ¡Paz a tu casa, y paz a todo cuanto tienes!
Así que, somos embajadores en nombre del Mesías, como si Dios rogara por medio de nosotros: °¡Rogamos en nombre del Mesías, reconciliaos con Dios!
Él° envió palabra a los hijos de Israel, proclamando la paz por medio de Jesús el Mesías, quien es Señor de todos.
pues espero verte en breve, y hablaremos cara a cara.
Haya paz dentro de tus muros, Y tranquilidad en tus palacios.
Por amor a mis hermanos y compañeros, diré ahora: Sea la paz dentro de ti.
te escuchen o no te escuchen, pues son casa rebelde, y tienen que reconocer que un profeta ha estado en medio de ellos.
En cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién es digno en ella, y posad allí hasta que salgáis.
Si en verdad la casa es digna, repose vuestra paz sobre ella, pero si no es digna, vuélvase vuestra paz a vosotros.