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Juan 6:27 - La Biblia Textual 3a Edicion

¡Trabajad!, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a Éste selló° Dios el Padre.

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Biblia Reina Valera 1960

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No se preocupen tanto por las cosas que se echan a perder, tal como la comida. Pongan su energía en buscar la vida eterna que puede darles el Hijo del Hombre. Pues Dios Padre me ha dado su sello de aprobación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No trabajéis por conseguir el alimento perecedero, sino el que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque éste es el que el Padre, Dios, ha marcado con su sello'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a Éste señaló Dios el Padre.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

No se preocupen tanto por la comida que se acaba, sino por la comida que dura y que da vida eterna. Esa es la comida que yo, el Hijo del hombre, les daré, y ya Dios mi Padre les ha mostrado que yo tengo autoridad.

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Otras versiones



Juan 6:27
69 Referencias Cruzadas  

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.


¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, Y vuestro esfuerzo en lo que no sacia? ¡Oídme atentamente° y comed lo bueno, Y deléitense vuestras almas con manjares!


El que mastica° mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día postrero.


Sin embargo, el fundamento de Dios se mantiene firme, teniendo este sello: Conoció° el Señor a los que son suyos, y: Apártese de iniquidad todo el que pronuncia el nombre del Señor.


Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día postrero.


Porque la paga° del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Jesús el Mesías, Señor nuestro.


y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.


Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Y ciertamente, el pan que Yo daré por la vida del mundo es mi carne.


respecto° a Jesús de Nazaret: Cómo Dios lo ungió con el Espíritu Santo y poder. Éste anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.


así como le diste potestad sobre toda carne, para que a todos los que le diste, a ésos les dé vida eterna.


No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen°, y donde los ladrones irrumpen y hurtan,


Éste es el pan que descendió del cielo; no como los padres° comieron y murieron. El que mastica este pan, vivirá para siempre.


Porque cuando recibió de Dios Padre honor y gloria, le fue dirigida de la majestuosa gloria esta voz: Éste es mi Hijo, mi Amado, en quien tengo complacencia.


Porque Dios es el que activa° en vosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad.


Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; Y tu Palabra° fue para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque tu Nombre es invocado sobre mí, ¡Oh YHVH, ’Elohim Sebaot!


Todo el trabajo del hombre es para su boca, y aun así, su alma no se sacia.


Pues: Toda carne es como hierba, Y toda su° gloria como la flor de la hierba. Sécase la hierba, y cae la flor;


y descendió° el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal como paloma, y surgió una voz del cielo:° Tú eres mi Hijo amado, en ti hallo mi complacencia.°


recordando sin cesar delante del Dios y Padre nuestro la obra de vuestra fe y el trabajo de vuestro amor, y la paciencia en° la esperanza de Jesús el Mesías, nuestro Señor;


en lo cual también me fatigo, luchando conforme a su potencia, la cual actúa poderosamente en mí.


El que recibe su testimonio ha atestiguado que Dios es veraz.


Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con maravillas° y prodigios y señales milagrosas, que Dios hizo por medio de Él entre vosotros, como también vosotros sabéis;


Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tienes palabras de vida eterna,


Y de la nube vino° una voz que decía: ¡Este es mi Hijo, el escogido:° a Él oíd!


Entonces dije: He aquí, vengo: En la cabecilla° del rollo está escrito acerca de mí:


Yo promulgaré el decreto: YHVH me ha dicho: Mi hijo eres Tú, Yo te he engendrado° hoy.


que no haya ningún fornicario, o profano, como Esaú, que por una comida vendió su primogenitura.°


Porque en Jesús el Mesías ni la circuncisión vale° algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.


Procuremos pues entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en el mismo ejemplo de desobediencia.


(según mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que están° todas destinadas a perecer con el uso?


Si para otros no soy apóstol, sin embargo para vosotros ciertamente lo soy, porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.


Los alimentos para el estómago y el estómago para los alimentos, pero a ambos los destruirá Dios. Y el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.


Y recibió la señal de la circuncisión° como evidencia de la justicia de la fe de cuando estaba° en la incircuncisión, para que él sea padre de todos los que creen sin estar circuncidados, a fin de que a ellos les sea adjudicada justicia;


Si no hubiera hecho° entre ellos las obras que ningún otro hizo, no tendrían° pecado; pero ahora las han visto, y a pesar de eso, nos han aborrecido tanto a mí como a mi Padre,


Jesús le dice: Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene° al Padre sino por mí.


Yo sabía que siempre me oyes, pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que Tú me enviaste.


Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.


Y apareció una nube que los cubría, y de la nube salió una voz: Éste es mi Hijo amado.° ¡A Él oíd!


Y vino una voz de los cielos: Tú eres mi Hijo amado; en ti hallo mi complacencia.°


Estando él aún hablando, he aquí una nube° de luz los cubrió, y de la nube salió° una voz, diciendo: Éste es mi Hijo amado, en quien me he complacido;° a Él oíd.


Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo, el amado, en quien me complací.°


He aquí° mi Siervo, a quien Yo sostengo; Mi escogido,° en quien se complace mi alma. He puesto mi Espíritu sobre Él, Y Él traerá la justicia a las naciones.


Porque el sol sale con calor abrasador y seca° la hierba, su flor se cae, y la belleza de su apariencia perece. Así también se marchitará° el rico en todas sus empresas.


no poniendo nuestra mira en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.


Jesús le dice: Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.


¿No procede de YHVH Sebaot que los pueblos trabajen para el fuego y las naciones se fatiguen en vano?


¡Venid, comed de mis manjares, Y bebed del vino que he mezclado!


E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.°


para que todo el que cree en Él° tenga vida eterna.


De cierto, de cierto os digo: El que cree,° tiene vida eterna.


Así que Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: A menos que comáis la carne del Hijo del Hombre y bebáis su sangre, no tenéis vida en vosotros.


¿Pues qué, si vierais al Hijo del Hombre ascendiendo adonde estaba primero?


Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, y nos lo traerá para que lo oigamos y lo cumplamos?