Y respondiendo, les dijo: Id, informad a Juan lo que visteis y oísteis: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,° los muertos son resucitados, los pobres son evangelizados;°
Juan 5:3 - La Biblia Textual 3a Edicion En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos e impedidos.° Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Biblia Nueva Traducción Viviente Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos— estaban tendidos en los pórticos. Biblia Católica (Latinoamericana) y bajo los pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, tullidos (y paralíticos. Todos esperaban que el agua se agitara, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yacía en éstos una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paralíticos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En estos yacía gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Allí, acostados en el suelo, había muchos enfermos: ciegos, cojos y paralíticos. |
Y respondiendo, les dijo: Id, informad a Juan lo que visteis y oísteis: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,° los muertos son resucitados, los pobres son evangelizados;°
Y se acercaron a Él grandes multitudes, que traían consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos, y muchos otros, y los pusieron a sus pies, y los sanó.
° ¡Ay del pastor inútil, que abandona el rebaño! ¡Caiga un puñal contra su diestra y contra su ojo derecho! ¡Séquese su brazo por completo, Y apáguese para siempre su ojo derecho!
Vosotros pues, oh hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, siendo paciente con él hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo esperamos ansiosamente.
¡Cuán bienaventurado es el hombre que me escucha, Vigilando en mis portones cada día, Aguardando en el umbral de mis entradas!
Y sucedió que cuando el rey oyó la palabra que el varón de Dios había dicho contra el altar de Bet-’El, Jeroboam extendió su mano desde el altar, diciendo: ¡Prendedle! Y al momento se le secó la mano que había extendido contra él, y no pudo recogerla hacia sí.
Y su fama se difundió por toda Siria, y le trajeron a todos los que padecían males, afligidos por diversas enfermedades y tormentos, endemoniados, lunáticos, y paralíticos; y los sanó.
Y en Jerusalem, junto a la puerta de las ovejas, hay un estanque llamado en hebreo Betzata,° que tiene cinco pórticos.