¡He aquí Yo estoy a la puerta dando aldabonazos!° Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.
Juan 4:40 - La Biblia Textual 3a Edicion De manera que cuando los samaritanos llegaron a Él, le rogaban que permaneciera con ellos; y se quedó allí dos días. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando salieron a verlo, le rogaron que se quedara en la aldea. Así que Jesús se quedó dos días, Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando llegaron los samaritanos donde él, le pidieron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, cuando los samaritanos llegaron ante él, le rogaban que se quedara con ellos. De hecho, se quedó allí dos días. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces, cuando los samaritanos vinieron a Él, le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Por eso, cuando la gente del pueblo llegó a donde estaba Jesús, le rogó que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días, |
¡He aquí Yo estoy a la puerta dando aldabonazos!° Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.
Y cuando fue bautizada con su familia, nos rogó, diciendo: Si consideráis que soy fiel al Señor, entrad a posar en mi casa. Y nos constriñó.
Pero ellos lo constriñeron, diciendo: Quédate con nosotros, pues está anocheciendo° y el día ya ha declinado. Entró pues a quedarse con ellos.
Y el varón de quien habían salido los demonios le rogaba estar con Él; pero le respondió, diciendo:
¡Oh Tú, Esperanza de Israel, Salvador en tiempo de angustia! ¿Por qué eres como extranjero en el país, Como caminante que se desvía para pernoctar?
Apenas los había pasado, Hallé al que ama mi alma, Me prendí de él y no quise soltarlo, Hasta que lo introduje en la casa de mi madre, En la alcoba de la que me concibió.
Aférrate a la corrección, no la abandones, Guárdala, porque ella es tu vida.
Entonces dijo:° Déjame, que raya el alba. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.
Y ésta tenía una hermana llamada Miriam,° la cual,° sentada a los pies del Señor, oía su palabra.
Y de aquella ciudad muchos de los samaritanos creyeron en Él a causa de la palabra de la mujer, que daba testimonio: ¡Me dijo todo lo que hice!