Jesús les responde diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
Juan 17:1 - La Biblia Textual 3a Edicion Estas cosas habló Jesús, y levantando sus ojos al cielo, dijo: Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que el° Hijo te glorifique a ti, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; Biblia Nueva Traducción Viviente Después de decir todas esas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti. Biblia Católica (Latinoamericana) Dicho esto, Jesús elevó los ojos al cielo y exclamó: 'Padre, ha llegado la hora; ¡glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria a ti!' Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así habló Jesús. Y levantando sus ojos al cielo, dijo: 'Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique a ti. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Después de que Jesús terminó de hablar con sus discípulos, miró al cielo y dijo: «Padre mío, ha llegado el momento de que muestres a la gente lo grande y poderoso que soy. De ese modo yo también les mostraré lo grandioso y maravilloso que eres tú. |
Jesús les responde diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
El Dios° de Abraham, de Isaac y Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su Siervo Jesús, a quien por cierto vosotros entregasteis y rechazasteis en presencia de Pilato, cuando éste había° decidido soltarlo.
Esto dijo acerca del Espíritu que iban a recibir los que creyeran en Él, porque todavía no había° Espíritu, pues Jesús no había sido aún glorificado.
que por medio de Él sois fieles a Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, para que vuestra fe y esperanza estén en Dios.
Al oírlo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Y vuelve la tercera vez y les dice: Dormid lo que resta y descansad. ¡Basta! Llegó la hora. He aquí que el Hijo del Hombre es entregado en las manos de los pecadores.
Cántico gradual. A ti alzo mis ojos, A ti, que estás sentado en los cielos.
Quitaron pues la piedra.° Entonces Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: ¡Padre, te doy gracias porque me has oído!
Estas palabras habló en la tesorería,° mientras enseñaba en el templo, y nadie lo prendió, porque aún no había llegado su hora.
Entonces procuraban prenderlo, pero nadie pudo echarle mano, porque aún no había llegado su hora.
He aquí viene una hora, y ha llegado, en que seáis esparcidos cada uno por su lado y me dejéis solo; aunque no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que había llegado° su hora para que pasara de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban° en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estando Yo con vosotros cada día en el templo,° no extendisteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.
Pero el publicano, a distancia, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios, sé propicio a mí, pecador!
Cual grulla o golondrina piaba yo, gemía como paloma; Mis ojos se consumían mirando a lo alto: ¡Oh Adonay, estoy angustiado, sal fiador por mí!