Y fueron trasladados a Siquem y puestos en el sepulcro que Abraham había comprado por precio de plata a los hijos de Hamor en Siquem.°
Génesis 33:19 - La Biblia Textual 3a Edicion Y allí donde había plantado su tienda, compró la parcela del campo° de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas.° Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Biblia Nueva Traducción Viviente La parcela donde acampó la compró a la familia de Hamor, el padre de Siquem, por cien monedas de plata. Biblia Católica (Latinoamericana) Compró por cien monedas de plata a los hijos de Hamor, que era padre de Siquem, el pedazo de tierra en que había instalado sus tiendas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien monedas, la parcela de tierra donde había levantado su tienda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y compró una parte del campo, donde tendió su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas. |
Y fueron trasladados a Siquem y puestos en el sepulcro que Abraham había comprado por precio de plata a los hijos de Hamor en Siquem.°
Llega pues a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que Jacob había dado a su hijo José,°
Y los huesos de José, que los hijos de Israel habían subido de Egipto,° fueron sepultados en Siquem, en la porción del campo que Jacob había comprado° de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas, y así quedó en posesión de los hijos de José.
y habló a Efrón ante el pueblo de aquella tierra, diciendo: ¡Ojalá que tan sólo me escuches! Te doy el valor del campo, acéptamelo, y sepultaré mi difunta allí.
Señor mío, óyeme: ¿Qué es entre tú y yo una parcela de cuatrocientos siclos de plata? Entierra, pues, a tu difunta.
Entonces Gaal ben Ebed dijo: ¿Quién es Abimelec y quiénes los siquemitas para que le sirvamos? ¿No es el hijo de Jerobaal y Zebul su lugarteniente? ¡Servid a los descendientes de Hamor, padre de Siquem! ¿Por qué le hemos de servir nosotros?