así como a Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, las cuales, de la misma manera que aquéllos,° habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, sirven como ejemplo al sufrir° un castigo de fuego eterno.°
Génesis 19:7 - La Biblia Textual 3a Edicion y exclamó: ¡Por favor, hermanos míos, no hagáis este mal! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. Biblia Nueva Traducción Viviente —Por favor, hermanos míos —suplicó—, no hagan una cosa tan perversa. Biblia Católica (Latinoamericana) y les dijo: 'Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego les dijo: 'Os ruego, hermanos míos, que no cometáis tal maldad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Allí afuera les dijo: —Amigos míos, ¡no hagan algo tan malo! |
así como a Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, las cuales, de la misma manera que aquéllos,° habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, sirven como ejemplo al sufrir° un castigo de fuego eterno.°
Por esto Dios los abandonó en las concupiscencias de sus corazones a la inmundicia, para que deshonraran sus propios cuerpos entre sí.
y de uno° hizo todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra, prefijándoles el orden de los tiempos y los límites de su habitación,
Y el dueño de la casa salió a ellos y les dijo: No, hermanos míos, no hagáis esta maldad os lo ruego, puesto que este hombre ha entrado en mi casa. No cometáis tal infamia.
No habrá prostitutas sagradas entre las hijas de Israel,° ni prostitutos sagrados° entre los hijos de Israel.
Si un hombre se acuesta con varón como se acuesta con mujer, cometen una abominación. Ambos serán muertos irremisiblemente, y su propia sangre recaerá sobre ellos.°
Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas,° rodearon la casa: jóvenes y ancianos, toda la población, hasta el último.
Mirad, os ruego, tengo dos hijas que no han conocido varón, voy a sacarlas a vosotros ahora y haced con ellas como bien os parezca, pero no hagáis nada a estos varones° que han venido a cobijarse bajo mi techo.
Llegó entonces Gaal ben Ebed, con sus hermanos y pasaron a Siquem, y los vecinos de Siquem pusieron su confianza en él.