En Edén, en el huerto de Dios estuviste. De toda piedra preciosa era tu vestidura: De cornerina, topacio, jaspe y crisólito, De berilo y ónice; zafiro y carbunclo, De esmeralda y de oro. Los primores de tus panderos y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.
Ponme como un sello sobre tu corazón, Como una marca sobre tu brazo, Porque fuerte como la Muerte es el amor, Y obstinados son los celos, como el Seol, Sus ascuas son ascuas de fuego, Y sus llamas, llamarada de YH.°
Ahora pues, envíame un perito° para trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura, el carmesí, y el azul;° experto en hacer grabados, para trabajar con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalem, los cuales contrató mi padre David.
Yo, con todas mis fuerzas, he provisto para la Casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.