Y vino uno de los siete ángeles que tienen las siete copas y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la sentencia contra° la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas,°
Apocalipsis 17:15 - La Biblia Textual 3a Edicion Me dijo: Las aguas que viste, donde se sienta la ramera, son pueblos y multitudes y naciones y lenguas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el ángel me dijo: «Las aguas donde la prostituta gobierna representan grandes multitudes de cada nación y lengua. Biblia Católica (Latinoamericana) El ángel prosiguió: 'Las aguas que has visto, a cuyo borde está sentada la prostituta, representan pueblos, multitudes y naciones de todos los idiomas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y me añadió: 'Las aguas que viste, junto a las que está asentada la prostituta, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo: Las aguas que viste, donde se sienta la ramera, son pueblos y multitudes y naciones y lenguas. Biblia Traducción en Lenguaje Actual El ángel también me dijo: «Los ríos que has visto, y sobre los cuales está sentada la prostituta, representan a pueblos y a gente de diferentes idiomas y países. |
Y vino uno de los siete ángeles que tienen las siete copas y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la sentencia contra° la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas,°
Porque YHVH está asolando a Babilonia, y quitará de ella su gran jactancia, por mucho que rujan sus olas como muchas aguas, al estruendo de la voz de ellos.
¡Oh tú que vives sobre muchas aguas, Y abundas en tus riquezas! Tu fin ha llegado, tu trama fue cortada.
Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro.
Y me dicen: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, y naciones, y lenguas y reyes.
El que sosiega el estruendo de los mares, El estruendo de sus olas, Y el alboroto de las naciones.
Me rodearon los lazos de la Muerte, Sentí el espanto de los torrentes de Belial.
Así dice YHVH: He aquí, aguas que se alzan del norte, Ya son un torrente inundador, Que inunda la tierra y su plenitud, Las ciudades y los que en ellas habitan: Claman los hombres, Se lamenta todo morador de la tierra.
Las aguas lo hicieron crecer, Lo enalteció el abismo enviando corrientes en torno de él, E hizo pasar sus corrientes a todos los árboles del campo.
Y cantan un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres de tomar el rollo, y de abrir sus sellos, Porque Tú fuiste inmolado, Y con tu sangre° redimiste para Dios, De toda tribu y lengua y pueblo y nación;