Al fulgor de su presencia se encendieron las centellas;
Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.
Un gran resplandor brilló alrededor de él, y carbones encendidos se dispararon.
Un resplandor iba delante de él, brasas ardientes lo alumbraban.
Al fulgor de su presencia, se transforman las nubes en granizo y brasas encendidas.
¡De su grandioso trono salían nubes, granizos y carbones encendidos!
De su nariz se alzó una humareda, Y de su boca salió un fuego abrasador, Que lanzó carbones encendidos.
YHVH tronó desde los cielos, ’Elyón° hizo resonar su voz;
Pero la apariencia de la gloria de YHVH en la cumbre del monte era como fuego consumidor ante los ojos de los hijos de Israel.