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Lucas 20:6 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

Y si decimos que lo recibió de los hombres, la gente nos apedreará, porque todos están convencidos de que Juan era un profeta.'

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y si respondemos que era cosa de hombres, todo el pueblo nos apedreará, pues está convencido de que Juan era un profeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque están persuadidos de que Juan era° profeta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero si respondemos 'de los hombres', todo el pueblo nos va a apedrear; porque están convencidos de que Juan era un profeta'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y si decimos: De los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están convencidos de que Juan era profeta.

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Otras versiones



Lucas 20:6
13 Referencias Cruzadas  

¿Qué esperabais encontrar, si no? ¿Un profeta? Pues sí, os digo, y más que profeta.


Por eso, Herodes quería matar a Juan. Sin embargo, no se atrevía a hacerlo, porque temía al pueblo, pues todos tenían a Juan por profeta.


Y si decimos que lo recibió de los hombres, tememos la reacción del pueblo, porque todos tienen a Juan por profeta.'


Por eso buscaban la manera de apresarle; pero temían a la gente, porque muchos le tenía por profeta.


Dijeron, sin embargo: - No lo hagamos durante la fiesta, a fin de evitar que se altere el orden público.


Sus adversarios comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataban de apresarle, aunque finalmente desistieron y se marcharon, porque temían a la gente.


En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios altísimo, porque irás delante del Señor preparando su venida.


Ellos se pusieron a razonar entre sí: 'Si contestamos que lo recibió del cielo, él dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?


Así que respondieron: - No lo sabemos.


En cambio, los fariseos y los doctores de la Ley, al negarse a que Juan los bautizara, rechazaron lo que Dios quería hacer con ellos.


Acudía a él mucha gente, y decían: - Cierto que Juan no hizo ningún milagro, pero todo lo que dijo acerca de éste era verdad.


Fue entonces el jefe de la guardia con sus hombres y trajeron a los apóstoles, aunque sin violencia, por temor a ser apedreados por el pueblo.