Dad vuestras limosnas de lo que hay dentro, y de ese modo todo quedará limpio en vosotros.
Lucas 19:8 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) Zaqueo, por su parte, se puso en pie y, dirigiéndose al Señor, dijo: - Señor, estoy decidido a dar a los pobres la mitad de mis bienes y a devolver cuatro veces más a los que haya defraudado en algo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo: —Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: 'Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí Señor, la mitad de mis bienes doy° a los pobres, y si algo he defraudado a alguno, lo restituyo cuadruplicado.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Zaqueo se levantó y dijo al Señor: 'Mira, Señor: voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces más'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. |
Dad vuestras limosnas de lo que hay dentro, y de ese modo todo quedará limpio en vosotros.
Vender vuestros bienes y repartid el producto a los necesitados. Haceos así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que roben ni polilla que destruya.
Por eso os aconsejo que os ganéis amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así, cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien os reciba en la mansión eterna.
Al ver esto, todos se pusieron a murmurar: 'Este se aloja en casa de un hombre de mala reputación.'
El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: - No llores.
y los envió a preguntar al Señor: - ¿Eres tú el que había de venir o debemos esperar a otro?