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Lucas 16:11 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

De modo que si no sois fieles con las riquezas de este mundo, ¿quién os confiará la verdadera riqueza?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por lo tanto, si ustedes no han sido dignos de confianza en manejar el sucio dinero, ¿quién les va a confiar los bienes verdaderos?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así que, si en el injusto Mamón no fuisteis fieles, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si, pues, no habéis sido fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará el verdadero bien?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará las verdaderas riquezas?

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Otras versiones



Lucas 16:11
9 Referencias Cruzadas  

Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque odiará al uno y querrá al otro, o será fiel al uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.


Vender vuestros bienes y repartid el producto a los necesitados. Haceos así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que roben ni polilla que destruya.


Y si no sois fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo que os pertenece?


Por eso os aconsejo que os ganéis amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así, cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien os reciba en la mansión eterna.


Jesús, al oírle, dijo: - Aún te falto algo: vende todo lo que posees y reparte el producto entre los pobres. Así te harás un tesoro en el cielo. Luego vuelve acá y sígueme.


A mí, que soy el más insignificante de todos los creyentes, se me ha concedido este privilegio: anunciar a las naciones la incalculable riqueza de Cristo


Escuchad, hermanos míos queridos: Dios ha elegido a los pobres del mundo, para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los que le aman.


Si de veras quieres enriquecerte, harías bien en comprarme oro pasado por el crisol, vestidos blancos con que cubrir tu vergonzosa desnudez y colirio con que ungir tus ojos para que puedas ver.