¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido!
Juan 5:34 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) Y no es que yo tenga necesidad de hombres que testifiquen a mi favor; si digo esto, es para que vosotros podáis salvaros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. Biblia Nueva Traducción Viviente Por supuesto, no necesito testigos humanos, pero digo estas cosas para que ustedes sean salvos. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo les recuerdo esto para bien de ustedes, para que se salven, porque personalmente yo no me hago recomendar por hombres. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Yo no recibo el testimonio de parte de un hombre, pero digo esto para que vosotros seáis salvos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No es que yo pretenda obtener de un hombre testimonio en mi favor; si os lo recuerdo, es para que os salvéis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero yo no recibo el testimonio de hombre; pero digo esto para que vosotros seáis salvos. |
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido!
y también que en su nombre se han de anunciar a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, un mensaje de conversión y de perdón de los pecados.
Estos han sido narrados para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida eterna en él.
Es otro el que testifica a mi favor, y yo sé que su testimonio es prueba válida.
Jesús respondió: - Si yo me alabara a mí mismo, mi alabanza carecería de valor. Pero el que me alaba es mi Padre; el mismo de quien vosotros decís que es vuestro Dios.
Hermanos, con todo el corazón lo deseo y a Dios le pido que salve a los israelitas.
En cambio, de Israel dice: Todo el día he tenido mis manos tendidas a un pueblo indócil y rebelde.
Sí, ya sé que algunos no creyeron; pero eso ¿qué importa? ¿Acaso su falta de fe va a hacer que falle la fidelidad de Dios?
Con los poco formados en la fe, procedo como si yo también lo fuera, a ver si así los gano. A todos traté de adaptarme totalmente, para conseguir, cueste lo que cueste, salvar a algunos.
Vigila con cuidado tu vida y tu enseñanza; sé constante; haciéndolo así, te salvarás tú y salvarás a tus oyentes.
Nosotros aceptamos a los hombres por testigos. Pues bien, Dios es el mejor de los testigos, y su testimonio consiste precisamente en haber declarado en favor de su Hijo.