Estos son los que nacen no por generación natural o porque el hombre lo desee, sino que tienen por Padre a Dios.
Juan 3:6 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) Lo que nace del hombre es humano; lo que nace del Espíritu es espiritual. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Biblia Nueva Traducción Viviente El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Biblia Católica (Latinoamericana) Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. La Biblia Textual 3a Edicion Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, espíritu es. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. |
Estos son los que nacen no por generación natural o porque el hombre lo desee, sino que tienen por Padre a Dios.
No te cause, pues, tanta sorpresa el que te haya dicho que tenéis que nacer de nuevo.
Yo sé, por tanto, que no es el bien lo que prevalece en mí, es decir, en el ámbito de mis desordenadas apetencias humanas, ya que, estando a mi alcance querer lo bueno, me resulta imposible realizarlo.
A Dios habré de agradecérselo por medio de Jesucristo nuestro Señor. Así que, en resumen, por una parte, mi razón me inclina a servir a Dios; por otra, sin embargo, mis desordenadas apetencias humanas me tienen esclavizado a la ley del pecado.
Mientras vivíamos a impulsos de nuestras desordenadas apetencias humanas, éramos terreno abonado para que nuestras bajas pasiones, activadas por la Ley, produjeran frutos de muerte.
Porque, si vivís así, estáis abocados a la muerte; pero si os valéis del Espíritu para aniquilar toda actividad desordenada, entonces viviréis.
Igualmente, unirse al Señor es hacerse una cosa con él en la esfera del Espíritu.
El cristiano es un hombre nuevo; lo viejo ha pasado, y una nueva realidad está presente.
Y no en vano los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado lo que en ellos hay de bajos instintos, junto con sus pasiones y apetencias.
Así vivíamos también todos nosotros: bajo el dominio de nuestras desordenadas apetencias humanas, obedientes a esos desordenados impulsos del instinto y de la imaginación, y destinados, por tanto, como los demás, a experimentar la ira de Dios
Por vuestra unión con Cristo estáis circuncidados. No en sentido físico, sino con la circuncisión de Cristo, que es la que os despoja de vuestras desordenadas apetencias humanas.
y ninguno que sea hijo de Dios puede seguir pecando, porque Dios es su Padre, y la vida misma de Dios alienta en él.