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Juan 11:19 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

muchos judíos había ido a visitar a Marta y a María para darles el pésame por la muerte de su hermano.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y mucha gente se había acercado para consolar a Marta y a María por la pérdida de su hermano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y muchos judíos habían ido a la casa de Marta y de María para consolarlas por la muerte de su hermano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y muchos de los judíos habían acudido a Marta y Miriam para consolarlas° respecto al hermano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Habían venido muchos judíos a casa de Marta y María, para consolarlas por lo de su hermano.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.

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Otras versiones



Juan 11:19
28 Referencias Cruzadas  

Marta tenía una hermana, llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.


Los judíos de Jerusalén enviaron una comisión de sacerdotes y levitas para preguntar a Juan quién era él. Su testimonio fue tajante y sin reservas: - Yo no soy el Mesías.


Un hombre llamado Lázaro había caído enfermo. Era natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta.


Cuando los judíos que estaban en casa con María, consolándola, vieron que se levantaba y salía muy de prisa, la siguieron, pensando que iría a la tumba de su hermano para llorar allí.


Jesús, al verla llorar a ella y a los judíos que la acompañaban, lanzó un suspiro y, profundamente emocionado,


y los judíos allí presentes comentaban: - Bien se ve que le quería de verdad.


Al ver todo esto, muchos de los judíos que habían ido a visitar a María creyeron en Jesús.


Ellos replicaron: - Maestro, hace bien poco que los judíos intentaron apedrearte; ¿cómo es posible que quieras volver allá?


Reíd con los que están alegres y llorad con los que lloran.


El es quien nos conforta en todos nuestros sufrimientos, a fin de que también nosotros podamos confortar a los que se hallan atribulados, compartiendo con ellos el consuelo que de Dios hemos recibido.


Alentaos, pues, unos a otros con esta enseñanza.


Por tanto, alentaos mutuamente y ayudaos unos a otros como ya lo hacéis.