Guardaos, pues, de despreciar a ninguno de estos pequeños,porque os aseguro que en el cielo sus ángeles están siempre en presencia de mi Padre celestial.
Juan 10:10 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) El ladrón, cuando llega, no hace más que robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos tengan vida, y la tengan abundante. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Biblia Nueva Traducción Viviente El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante. Biblia Católica (Latinoamericana) El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. La Biblia Textual 3a Edicion El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El ladrón no viene sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida, una vida plena. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. |
Guardaos, pues, de despreciar a ninguno de estos pequeños,porque os aseguro que en el cielo sus ángeles están siempre en presencia de mi Padre celestial.
De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos los hombres.
y les dijo: - Esto dicen las Escrituras: Mi casa ha de ser casa de oración; pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones.
¡Ay de vosotros, maestros de la Ley y fariseos hipócritas, que cerráis a todos la entrada en el reino de Dios! Ni entráis vosotros ni dejáis que entren los demás.
Luego se puso a enseñar, diciéndoles: - Esto dicen las Escrituras: Mi casa ha de ser casa de oración para todas las naciones, pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones.
Os aseguro que quien no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino por cualquier otra parte, es un ladrón y un salteador.
No seré yo quien condene al que escuche mis palabras y no haga caso de ellas, porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo.
En realidad, a él los pobres le traían sin cuidado; dijo esto porque era ladrón, y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que en ella depositaban.
Pues no envió Dios a su Hijo para dictar sentencia de condenación contra el mundo, sino para que por medio de él se salve el mundo.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi carne. La doy para que el mundo tenga vida.
Pues bien, ¿por qué no aprendes, tú que enseñas a los otros? ¿Por qué robas, tú que exhortas a los otros a que no roben?
Doctrina de fe que debe aceptarse sin reservas es que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero.
Igualmente, queriendo Dios asegurar a los herederos de la promesa que su decisión era absolutamente irrevocable, interpuso la garantía de un juramento.
Puede, por tanto, salvar de forma definitiva a quienes por medio de él se acercan a Dios; no en vano vive siempre intercediendo por ellos.
Es más, se os abrirá bien ancha la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.