Si Dios no acortara ese tiempo, nadie podría salvarse. Aunque él lo abreviará por causa de los elegidos.
Apocalipsis 7:3 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) - No causéis daño a la tierra, al mar o a los árboles hasta que marquemos en la frente a los servidores de nuestro Dios. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Esperen! No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos puesto el sello de Dios en la frente de sus siervos». Biblia Católica (Latinoamericana) No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios. La Biblia Textual 3a Edicion diciendo: ¡No dañéis la tierra ni el mar ni los árboles, hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 diciendo: 'No dañéis ni a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que no hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes. |
Si Dios no acortara ese tiempo, nadie podría salvarse. Aunque él lo abreviará por causa de los elegidos.
Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos de un extremo al otro del mundo.
Si alguien quiere servirme, que me siga. Correrá la misma suerte que yo. Y todo el que me sirva será honrado por mi Padre.
Pero ahora habéis sido liberados del pecado, sois siervos de Dios, estáis consagrados a él y tenéis por meta la vida eterna.
Mandó también que todos, humilde y poderosos, ricos y pobres, libres y esclavos, llevaran una marca tatuada en la mano derecha o en la frente.
Y sólo quien llevaba tatuado el nombre de la bestia o la cifra de su nombre era considerado ciudadano con plenitud de derechos.
Volví a mirar, y vi al Cordero de pie sobre el monte de Sión. Le acompañaban los ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.
todavía un tercer ángel seguía a los dos anteriores, clamando con voz poderosa: - ¡Adorad, si queréis, a la bestia y a su imagen! ¡Dejaos tatuar su marca, si os place, en la frente o en la mano!
que juzga con justicia y con verdad. El ha condenado a la gran prostituta , la que con sus liviandades corrompía la tierra. Ha vengado así en ella la sangre de sus servidores.
Vi también unos tronos; a los que se sentaron en ellos se les dio poder para juzgar. Y vi a los que habían sido asesinados por haber dado testimonio de Jesús y por haber proclamado la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no llevaban tatuada en la frente ni en las manos la marca de la bestia. Todos éstos recobraron la vista y reinaron con Cristo mil años.
Emergiendo de entre los cuatro seres vivientes, una especie de voz proclamaba: - Por un kilo de trigo, el jornal de un día; por tres kilos de cebada, el jornal de un día; respetad, sin embargo, el aceite y el vino.
Vi después cuatro ángeles de pie sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra. Sujetaban a los cuatro vientos, impidiendo que soplara viento alguno sobre la tierra, sobre el mar o sobre los árboles.
Desde el Oriente, entre tanto, subía otro ángel, que llevaba consigo el sello del Dios vivo y que gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de arrasar la tierra y el mar. Les decía:
Se les ordenó que no hicieran daño a la vegetación: ni a la hierba, ni al follaje, ni a los árboles. Sólo a los hombres que no llevasen en su frente la marca de Dios.