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Apocalipsis 3:4 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

Bien es verdad que ahí, en Sardes, viven contigo unos cuantos de conducta irreprochable; un día me acompañarán vestidos de blanco, porque así lo han merecido.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Sin embargo, hay algunos en la iglesia de Sardis que no se han manchado la ropa con maldad. Ellos caminarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tengo, sin embargo, los nombres de unos pocos de Sardes que no mancharon sus ropas; ésos me acompañarán vestidos de blanco, porque se lo merecen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero tienes unos pocos nombres° en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo de blanco, porque son dignos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero tienes en Sardes unas pocas personas que no han manchado sus vestiduras. Éstos andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero aún tienes unas pocas personas en Sardis que no han contaminado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignas.

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Otras versiones



Apocalipsis 3:4
31 Referencias Cruzadas  

Cuando lleguéis a algún pueblo o aldea, averiguad qué persona hay allí digna de confianza y quedaos en su casa hasta que salgáis del lugar.


Al entrar en el sepulcro, vieron, sentado al lado derecho, a un joven vestido con una túnica blanca, y se asustaron.


Pero los que merezcan resucitar y entrar en el reino venidero, ya no tendrán nada que ver con el matrimonio,


Vigilad, pues, y no dejéis de orar, para que podáis escapar de lo que va a suceder y podáis presentaros sin tacha delante del Hijo del hombre.


Uno de aquellos días, Pedro, puesto en pie en medio de los fieles, que formaban un grupo de ciento veinte personas aproximadamente, habló como sigue:


Ellas son una señal del justo juicio de Dios, que quiere haceros dignos del reino por el cual ahora sufrís.


Tened compasión de los que vacilan,


cuando he aquí cuando un domingo caí en éxtasis y oí a mi espalda una voz poderosa, como de trompeta,


Atrás ha quedado la segunda calamidad, pero la tercera está a las puertas.


Son los que guardaron su fe limpia de toda prostitución idolátrica, los vírgenes, los que forman el cortejo perenne del Cordero, los rescatados de entre los hombres como primeros frutos para Dios y para el Cordero,


Cubiertos de finísimo lino resplandeciente de blancura, los ejércitos del cielo galopaban tras sus huellas sobre blancos caballos.


vestida de lino finísimo y deslumbrante de blancura. El lino que representa las buenas acciones de los consagrados a Dios.


Si de veras quieres enriquecerte, harías bien en comprarme oro pasado por el crisol, vestidos blancos con que cubrir tu vergonzosa desnudez y colirio con que ungir tus ojos para que puedas ver.


El vencedor, pues, vestirá de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que responderé por él ante mi Padre y ante sus ángeles.


Rodeando el trono había otros veinticuatro tronos, y, sentados en ellos, veinticuatro ancianos vestidos de blanco y ceñidas sus cabezas con coronas de oro.


Recibió entonces cada una túnica blanca, mientras les decían: - Esperad un poco todavía. Esperad hasta que se complete el número de vuestros compañeros y hermanos que han de morir como vosotros.


Vi luego una muchedumbre inmensa, incontable. Gentes de toda nación, raza , pueblo y lengua; todos de pie delante del trono y del Cordero; todos vestidos con túnica blanca, llevando palmas en la mano