Porque del mismo modo que juzguéis a los demás, os juzgará Dios a vosotros, y os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás.
Apocalipsis 11:9 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) Mientras tanto, se desbordará el júbilo y la alegría de los habitantes de la tierra. Hasta se harán regalos unos a otros, ya que aquellos dos profetas les habían amargado la existencia. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Biblia Nueva Traducción Viviente Y durante tres días y medio, todos los pueblos y todas las tribus, lenguas y naciones se quedarán mirando los cadáveres. A nadie se le permitirá enterrarlos. Biblia Católica (Latinoamericana) Y durante tres días y medio, gente de todos los pueblos, razas, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres, pues no está permitido sepultarlos. La Biblia Textual 3a Edicion Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Gente de los pueblos, tribus, lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres durante tres días y medio y no permitirán sepultar sus cuerpos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas, y naciones verán los cadáveres de ellos por tres días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. |
Porque del mismo modo que juzguéis a los demás, os juzgará Dios a vosotros, y os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás.
Recibí después una vara de medir semejante a un bastón, y alguien me ordenó: - Ve, toma las medidas del templo de Dios y de su altar y cuenta el número de sus adoradores.
Oí entonces una fuerte voz que los llamaba desde el cielo: - Subir aquí. Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.
También se permitió a la bestia pelear contra los mismos consagrados a Dios, hasta vencerlos; extendió así su poderío sobre gentes de toda raza, pueblo, lengua y nación.
Me dijo luego el ángel: - Esas aguas que viste, sobre las que estaba sentada la prostituta, son naciones populosas, razas y lenguas.
Entonces, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; todos tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos.
Cantaban un cántico nuevo, que decía: -Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación.