La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Corintios 2:3 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

Por eso precisamente os escribí como lo hice, para que, cuando vaya a visitaros, no me causéis tristeza los que tenéis que ser fuente de gozo para mí. Tanto más cuanto que estoy convencido, respecto de todos vosotros, de que mi alegría es también vuestra alegría.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Por eso les escribí como lo hice, para que, cuando llegue, no me causen tristeza los mismos que deberían darme la más grande alegría. Seguramente, todos ustedes saben que mi alegría proviene de que estén alegres.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso les escribí: 'Ojalá que cuando vaya no tenga que entristecerme a causa de los mismos que deberían ser mi alegría. Confío y estoy seguro de que todos podrán compartir mi alegría.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y os escribí esto mismo para que, al llegar, no tenga tristeza de parte de los que deben alegrarme; estando confiado en todos vosotros de que mi gozo es el de todos vosotros.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y esto es precisamente lo que os decía en mi carta: que al llegar ahí no debería yo recibir disgustos de aquellos que me deberían proporcionar alegría; y que confío en todos vosotros en que mi alegría es la de todos vosotros.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y esto mismo os escribí, para que cuando yo venga no tenga tristeza de aquellos de quienes me debiera alegrar; confiando en todos vosotros de que mi gozo es el gozo de todos vosotros.

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Corintios 2:3
17 Referencias Cruzadas  

¿Qué preferís? ¿Qué vaya vara en mano, o con maneras de amor y suavidad?


Tan convencido estaba yo de todo esto, que tenía decidido comenzar por vosotros mi viaje, y haceros así el obsequio de una doble visita:


En cuanto a mí, pongo a Dios por testigo - y que me muera si miento - de que, si todavía no he ido a Corinto, ha sido en atención a vosotros.


Con mi carta pretendía comprobar vuestra buena disposición para obedecer sin reservas.


Si, pues, os escribí aquella carta, no fue tanto por el que causó la ofensa o por el que la recibió, cuanto por brindaros la oportunidad de descubrir, por vosotros mismos y delante de Dios, hasta dónde llegaba vuestro interés por mí.


¡Qué alegría para mí poder contar siempre con vosotros!


Pero Dios, que conforta a los deprimidos, me reanimó también a mí con la llegada de Tito.


No me pesa haberos causado tristeza con mi carta. Hubo, sí, un momento en que lo sentí, al darme cuenta de que aquella carta os entristeció, aunque sólo fuera por breve tiempo.


Envío también con ellos a un hermano nuestro cuya entrega he tenido ocasión de comprobar muchas veces y en diversas circunstancias; y ahora mucho más al fiarse plenamente de vosotros.


Sin embargo, yo tengo la íntima convicción de que el Señor hará que no abandonéis definitivamente el buen camino. Pero el que os está perturbando tendrá su merecido, sea quien fuere.


Gracias a él, podemos confiar plenamente en que cumplís y cumpliréis lo que os hemos inculcado.